A los Gobernadores y Alcaldes de la región Caribe

Columnas de Opinión
Tamaño Letra
  • Smaller Small Medium Big Bigger


Apreciados gobernantes de mi sufrida y abandonada región Caribe: No es mi intención evaluar su gestión en estos primeros seis meses de gobierno, porque sé de antemano, que este tiempo lo han dedicado ha revisar la contratación de la administración anterior, ordenar las finanzas y elaborar el plan de Gobierno de sus próximos tres años, porque el ultimo semestre de su mandato, deben dedicarlo al empalme con quien salga elegido en octubre del 2014. El circulo vicioso de nuestro inoperante y corrupto sistema democrático.

El propósito de este escrito, es sugerirles prestar una mayor atención a los programas y recursos de inversión social y productiva que destina el gobierno central a las regiones del país, porque no le estamos pegando a ninguno por falta de información, conocimiento, gestión y funcionarios idóneos para ejecutar estos programas. Este es un tema de muchísima importancia, toda vez que los presupuestos de nuestras alcaldías y gobernaciones son exiguos para los planes de inversiones sociales y productivas que necesitamos ejecutar para erradicar la extrema pobreza de nuestra población costeña.

Como quiera que estamos en una tremenda desventaja frente a las otras regiones del país -porque ya no contamos con el manejo de nuestras regalías, solo tenemos un ministro de 17 existentes, los tres altos consejeros costeños los tienen de mandaderos de los intereses de sus superiores y nuestros congresistas están más comprometidos con sus intereses particulares, que en nuestras comunidades-, es necesario fortalecer esta área dentro de su organización para gestionar oportunamente estos recursos públicos del orden central y los de cooperación internacional.

Este llamado de atención lo hago muy respetuosamente porque he podido constatar que en las recientes convocatorias del Ministerio de Agricultura nuestras alcaldías y gobernaciones se han quedado como las guayaberas. Por fuera. Siempre llegamos de último con unos proyectos incompletos y con un porcentaje de los recursos endosados a un tramitador, contratista o político regional. Es por ello, que los recursos de inversión de los distintos ministerios y entidades públicas se quedan en un 90% en los departamentos de Antioquia, Cundinamarca, Valle del Cauca y Boyacá. Ahí tienen el reciente ejemplo de la Ola invernal, donde los más afectados fuimos nosotros pero las inversiones más grandes y oportunas se hicieron en Cundinamarca.

El caso más patético es el presupuesto de inversión del ministerio de agricultura. Corpoica firma un millonario convenio con el CIAT para el desarrollo de la altillanura y la Orinoquia, pero para la región Caribe no hay un peso.

El Incoder aprueba $ 37.600 millones para la fase II del distrito de riego del triangulo del Tolima, pero para terminar el distrito de riego del Ranchería en la Guajira tampoco hay un centavo. Se le giran miles de millones en subsidios a los cultivadores de flores, café y papa, pero no hay un peso para los quebrados algodoneros. Esta discriminación obedece en gran parte a las desventajas mencionadas antes mencionadas, pero también es cierto que existe un cartel de asesores del ministerio de agricultura, que a través de mañas en las convocatorias, permiten que los recursos se vayan en su mayoría a beneficiar de una manera injusta, unas regiones donde seguramente tendrán algún interés en particular. En aras del equilibrio económico regional, es conveniente que la Procuraduría y la Contraloría, realizaran una investigación y una auditoria de la ejecución de estos recursos.

Mientras el presidente Santos siga ignorándonos, no nos queda otro remedio que crear un frente común de Alcaldes y Gobernadores de nuestra región Caribe para exigir mayor atención y participación a nuestros programas de inversión.