Estrategias pedagógicas y formación integral

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Jorge García Fontalvo

Jorge García Fontalvo

Columna: Opinión

e-mail: jgarciaf007@hotmail.com



La señora Graciela Salas Enríquez muestra en su escrito titulado "Metodologías Alternativas", que la educación del ser humano no es un proceso unidireccional y mecánico en el cual, una persona llamada "profesor", dirige el curso de las acciones sin tener en cuenta que el fin de su trabajo y su razón de ser es un interlocutor llamado discente.

Para Salas, el docente debe dirigir, inequívocamente, todo su esfuerzo y dedicación a captar la atención de los aprendices, es decir, en el proceso debe priorizarse la comunicación.

El educador de excelencia diseña, crea e implementa continuamente una serie de mecanismos especiales encaminados a garantizar la comunicación fluida con sus estudiantes, de manera que se potencialicen todos aquellos condicio-namientos propios del ser humano que promueven el interés por aprender a aprender.

Estos mecanismos son, en otras palabras, esas herramientas o metodologías alternativas que facilitan el proceso de formación auto-gestionada.

El maestro de excelencia es un ser capaz de innovar diariamente y además, es capaz de desarrollar modelos pedagógicos y estratégicos que motiven e impulsen a sus estudiantes a prepararse adecuada y constantemente en su vida personal y profesional, con miras a afrontar las condiciones cambiantes de un entorno competitivo, dinámico y en continua transformación.

La misión del docente es, sin lugar a dudas, formar seres humanos íntegros ética, moral e intelectualmente. Para lograr este fin, es necesario que el docente encienda la llama escondida que existe al interior del estudiante, y para ello, es necesario hacer uso de todas aquellas herramientas metodológicas que contribuyan con el logro de su objetivo.

¿Cómo se enciende la llama? En algunos individuos esta llama se enciende casi de manera espontánea, sin embargo, la mayoría de las personas requieren un impulso mayor, requieren de una motivación adicional que les permita divisar el panorama esperanzador y prometedor que provee el proceso educativo.

Ese impulso especial y adicional que necesitan las personas para visualizar la importancia del aprendizaje y de la educación integral de calidad, solo puede ser proveído a partir de la capacidad y habilidad que demuestre el maestro, para generar procesos comunicacionales en los que su máxima prioridad sea su interlocutor.

Cuando las cosas para el docente se clarifican, y comprende esta situación, se concreta un proceso integral en el cual se estructuran una serie de procedimientos y acciones que se conocen con el nombre de estrategias pedagógicas. Estas estrategias pedagógicas llegan a convertirse, con base en el trabajo arduo y dedicado del docente, en aquellos mecanismos que facilitan la formación de un ser humano íntegro, ético, moral e intelectualmente.

La formación integral exige compromiso ético, moral, ciudadano y social. El hombre ético y formado integralmente en las cuestiones teórico-practicas, la ciencia y la tecnología es, por obvias razones, un ser humano que manifiesta espontáneamente la necesidad de ser productivo, justo y responsable socialmente y además, resuelto a superarse diariamente. Este es el ser humano que el maestro de hoy ha de formar, si procura un mundo más justo y decente para sus hijos.

El ser humano de mañana será alguien preocupado por sus semejantes, por la comunidad y por el entorno que lo rodea. El ser humano del futuro será ajeno a los egoísmos de la sociedad contemporánea. El ser humano de los próximos años buscará incansablemente el bienestar de todos, antes que el suyo propio.

La formación integral basada en fundamentos axiológicos definidos y concretos, el cultivo del conocimiento y apoyado en la ciencia y la tecnología, manifestará más temprano que tarde, ese ser humano fino y excelso que se necesita para transformar el mundo en el que vivimos con esperanza de una vida mejor.