Lo que sucedió el pasado jueves en la ciudad de Valledupar, es un verdadero ejemplo de tolerancia y respeto por las creencias religiosas.
Este tremendo ejemplo de convivencia y hermandad entre estos dos lideres espirituales costeños -Padre Linero y el Pastor Mauricio-, es el modelo de actuación que debemos seguir todos los creyentes para crear valores en nuestras familias. Las necesidades de apoyo espiritual -cuando no somos capaces de enfrentar los retos a solas-, no distinguen entre un presbítero católico o un pastor cristiano. Por lo general, en esos momentos buscamos de Dios a través de un ministerio de oración sin importar la creencia religiosa. La fe esta en las personas y no en los templos.
Les confieso, que desde hace un par de años atrás recibo apoyo espiritual de ambas doctrinas. No hay amanecer sin los buenos, sinceros y eficaces consejos del Padre Linero y de los constantes apoyos espirituales del Pastor Mauricio, los cuales nos sirven como complemento en la oración que nos vincula a Dios. Así debería ser entendida la práctica religiosa, como un elemento de sociabilidad y convivencia y no como un club de beneficencia con distingos sociales y culturales.
Así no se comparta, hay que tener respeto por las creencias del uno y del otro. El hecho que los católicos repitan literalmente las oraciones una y otra vez, se hinquen ante imágenes, crean en el pecado original y no basen todas sus doctrinas en la Biblia, no le da derecho a los cristianos a criticar estas creencias. Tampoco los católicos, deben criticar a los cristianos porque sus doctrinas estén basadas completamente en la Biblia, porque no necesiten de imágenes para orar o porque crean que nacimos con una naturaleza pecaminosa y no con un pecado original.
No hay duda que los resultados negativos en nuestras vidas surgen de las críticas que hacemos constantemente a los demás. Estas discusiones triviales deberían ir perdiendo importancia en la medida que vayamos aumentando la fe y la confianza con el poder espiritual de la oración.
Hay personas buenas y sinceras en todas las religiones y por eso no debemos caer en el sofisma de distracción que la plenitud de la verdad está en una u otra religión. Dios premiará o castigará a todos, católicos y cristianos, según su misericordia y su justicia, que son infinitas.
El fenómeno de la división es tan antiguo como el mismo hombre, solo hay que mirar el ejemplo de Abel y Caín, que por egoísmo y envidia, un hermano mató al otro. En tiempo de los apóstoles unos grupos seguían a Pablo y otros a Pedro, y cada quien iba proclamando "yo soy de Pablo, yo soy de Pedro", como si acaso Cristo estuviera dividido.
Decía Santo Tomás de Aquino, que "la ignorancia, el error y la división, es síntoma del pecado y de la ceguera del hombre, si no hacemos lo que tenemos obligación de hacer, pecamos por omisión y por esta negligencia, la ignorancia viene a ser pecado".
Padre Linero y Pastor Mauricio, ustedes mas que nadie, saben que enseñar al que no sabe y corregir al que yerra sin importar su ideología, es hacer una obra de misericordia grandísima. Dios les siga dando sabiduría.