Nos enseñaron en la materia de historia que las heroínas de la independencia fueron Policarpa Salavarrieta, Manuela Beltrán y Antonia Santos. En la Costa especialmente en el departamento del Cesar, María Concepción Loperena de Castro es todo un referente. Íngrid Betancourt sigue siendo un ejemplo de honestidad y carácter. María Emma Mejía, Claudia Blum, Carlina Sánchez Marmolejo, y Cecilia López por el lado de la política se han destacado.
Del lado de la escritura, Marvel Moreno fue una gran escritora barranquillera. Por fortuna aún sobreviven Patricia Lara y Flor Romero y está llena de dinamismo por su juventud Carolina Sanín. Patricia Teherán fue la cantante de vallenatos más influyente; Gloria Zea y su labor en el 'Mambo'. Zarita Abelló, acá en nuestras tierras, también ha dado su aporte en pro de la cultura y Gloria Triana con su programa "Yuruparí", demostró que la antropología ejerce influencia sobre una nación.
En el periodismo Silvia Dusán, Elvira Mendoza, Silvia Galvis y Olga Emiliani fueron admiradas por su valentía. Quién no recuerda las buenas columnas de doña Ana María Busquets de Cano hoy en uso de buen retiro. María Jimena Dusán es una excelente columnista al igual que Catalina Ruiz-Navarro. Margarita Vidal es la mejor entrevistadora del país.
Mujer de admirar fue Rosa Elvira Cely, asesinada y violada brutalmente, joven humilde que trabajaba de día y estudiaba de noche, por superarse y ser alguien en la vida, pensando quizás en el futuro de su pequeña hija y quien tuvo fuerza para resistir y hasta para dar pistas sobre quién era su asesino. Mujeres de admirar las miles de prostitutas que tienen que alimentar a sus hijos en medio de un país indolente con ellas.
Y la noticia la semana pasada es que la vulgar prepago que tuvo el escándalo con la guardia de seguridad del presidente Obama, ya firmó contratos para hacer una novela sobre su vida. Eso lo dijo su abogado, mas conocido porque a diario da lora en los medios que en los estrados judiciales. Hasta dónde hemos llegado con la banalidad, los bajos valores, y el dinero fácil con tal de conseguir fama. Esta señora no merece más créditos simple y llanamente porque no ha hecho en el país ninguna obra, ni ha dejado ningún legado, ni ha luchado honestamente por un objetivo, ni impuso sus convicciones, ni es ejemplo de esfuerzo.