Unimagdalena, 50 años

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Alvaro González Uribe

Alvaro González Uribe

Columna: El Taller de Aureliano

Web: http://eltallerdeaureliano.blogspot.com



En el presente mes la Universidad del Magdalena cumple 50 años. Son 50 años llenos de historia, de alegrías, de tristezas, de logros, de miles de vivencias que han desembocado en que esta universidad pública sea una verdadera alma máter en todo el sentido de la expresión.

Muchos colombianos vienen a Santa Marta, saben de Santa Marta, por sus playas, obvio, por la Sierra Nevada, obvio, por ser la última morada de Simón Bolívar y por muchos otros atributos que le otorgan como propia y justa la frase "La magia de tenerlo todo".

Sin embargo, muchos no conocen una de las joyas más preciadas de esta tierra, que sin duda hace ya parte de ese "todo": la Universidad del Magdalena.

A uno de los más bellos campus de Colombia, verde, arborizado, fresco en el trópico Caribe, y con unas edificaciones hermosas y cómodas, hay que agregarle una gran calidad educativa que la han convertido en una de las pocas posibilidades que tienen miles de jóvenes samarios y magdalenenses de salir adelante en la vida y de cambiar, no solo su rumbo social, sino el de sus familias y su región.

Como sucede con cualquier institución, no han sido 50 años fáciles. Un entorno con épocas duras pese a ser el mismo paraíso. Sin embargo, Unimagdalena ha salido adelante, conducida en diferentes etapas por directivos serios, por profesores e investigadores responsables, y por una cantidad inmensa de estudiantes que también la conducen porque la quieren.

Precisamente, su gran influencia social ha sido una de las causas para que sea vista como botín o como escollo en una región donde para algunos la institucionalidad es un estorbo, y en donde unos pocos nutren su fortaleza de la escasa preparación de la mayoría. Por eso, la Universidad del Magdalena es más que una universidad: es una revolución que está cambiando una sociedad desde los estratos menos pudientes que tienen fácil acceso a la misma. Esas son las revoluciones modernas.

Señalo estos aspectos solo con el ánimo de mostrar al país lo importante que es la Universidad del Magdalena, y no con el interés de molestar a nadie ni de incentivar viejos rencores. Por fortuna, los ataques, aunque han dejado heridas a veces graves e irreparables, han forjado una Universidad vigorosa, segura de sí misma y con la fortaleza suficiente para seguir adelante en su gesta. Además, ha despertado un arraigado sentido de pertenencia ciudadana, incluso en quienes no están vinculados directamente ella. Unimagdalena es un aglutinante social en esta tierra.

Solo menciono 22 programas de pregrado presencial, 52 grupos de investigación, 25 programas de postgrados compuestos por 17 especializaciones, seis maestrías y dos doctorados únicos en el país (Ciencias del Mar y Medicina Tropical). Además, hoy en día, en un camino firme hacia la acreditación, seis procesos estratégicos, tres misionales y 13 de apoyo para un total de 22 procesos certificados bajo la Norma Técnica de Calidad de Gestión Pública NTCGP1000:2009 y la renovación de la certificación ISO 9001:2008.

El lector podrá ver estos y otros datos, como también imágenes más elocuentes que esta nota, en la página web de la Universidad del Magdalena www.unimagdalena.edu.co. Le aseguro que se sorprenderá, como me sucedió a mi hace cinco años cuando visité por primera vez ese bello campus.

¡Felicitaciones a la Universidad del Magdalena en sus 50 años! Felicitaciones a sus directivas, a las actuales y a las anteriores, al cuerpo docente, al personal administrativo, a los estudiantes y egresados. Todos han contribuido y contribuyen a crear y a mantener en crecimiento constante esta fuente viva del conocimiento, única manera de que los pueblos alcancen su desarrollo.