El puente de mariangola

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Carlos Bustamante Barros

Carlos Bustamante Barros

Columna: Columna Caribeña

e-mail: cm-bustamante@hotmail.com



Bonito es llegar al puente de mariangola

Y ver como corre el agua en ese río

La arboleda que lo cubre con su sombra

Lo bendice con gotitas de rocío

(Hermanos López)

En el decurso normal de las actividades del día, inserte en la mañana soleada del Caribe un disco compacto con el sello indefinible de su casa disquera, el cual tiene la particularidad de contar dentro de la tecnología del MP3 con mas de doscientas canciones escogidas del vallenato tradicional, es decir de buenas descripciones del mundo virginal cuando el universo apenas daba comienzo.

En ella el excelso compositor empieza su legado lírico en una combinación perfecta primero de la naturaleza y durante su desarrollo lo fusiona de manera admirable con la belleza de la mujer que impulsa la vida con creces a tal punto que emula en su gran fuente de aguas cristalinas profundos valores ecológicos en aras del desarrollo sostenible que hace posible la vida.

Hace referencia las letras del disco a los delgados hilillos de agua que serpentea la sierra que en el verdor de las montañas parecen destellos de plata, lo que indica que hace mas de cincuenta años había signos y manifestaciones de rendir culto a la naturaleza para la preservación de la ecología y la fauna silvestre enunciado en canciones vallenatas de los compositores de la época con los hermanos López nativos del municipio de la Paz en el departamento del Cesar.

En este sentido es preciso manifestar que una de esas tantas evoluciones presentadas para la preservación de la naturaleza tuvo vivo ejemplo hace quinientos años en la Sierra Nevada de Santa Marta mediante la construcción de la modalidad de terrazas por los Indígenas Arhuacos en un verdadero y admirable despliegue arquitectónico que hoy es verdadero ejemplo de admiración por eruditos en materia de construcción y diseño arquitectónico.

También en la cultura indígena latinoamericana los aborígenes Aztecas no se quedaron atrás con la construcción de la ciudad piramidal de Teotihuacán con sistema de exclusas, igualmente la cultura inca del Perú con Machu Pichu diseminados en trece kilómetros cuadrados una altitud de 2045 metros sobre el nivel del mar que continua siendo ejemplo y admiración entre los ingenieros y arquitectos modernos mas perspicaces.

En estas abstracciones pasajeras, inmersos en las propias catacumbas de la tierra del olvido, nos unimos a esa clara voluntad de amigos del pasado que expresaban en canciones afanes ecológicos de la madre naturaleza, en una visión nítida de la preservación del medio en que se vive, que debemos de tomar como ejemplo en el mundo moderno para que la verde arboleda continúen bendecidas por gotitas de rocío, como lo expresa la canción aludida,

El mundo y la vida siguen su curso…