Barack Obama

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Escrito por:

Gustavo Hernández López

Gustavo Hernández López

Columna: Opinión

e-mail: gusherlo@hotmail.com



Hacía mucho tiempo, tal vez desde la Presidencia de John F. Kennedy que no había un Presidente de los Estados Unidos que tuviera tanta popularidad, carisma y aceptación sobretodo en el mundo exterior que el actual Barack Obama. En los últimos cuatro lustros se puede medio equiparar Bill Clinton quien también gozaba de una buena imagen en el extranjero pero jamás se puede comparar con la que encarna el hoy por hoy mandatario de los Estados Unidos.

Nunca nos podíamos imaginar que en Europa hubiera habido y eso sucedió recién elegido, unas manifestaciones de aprecio tan multitudinarias, como por ejemplo aquellas que en Alemania originaron 300.000 personas en una plaza pública. Ni la misma Ángela Mercker reúne tanta muchedumbre. Quizás el Papa Benedicto por ser germano, podría suscitar en su Patria tanta acogida, lo cual así mismo ha acontecido. Pero además los alemanes lo recibieron con fervor, entusiasmo y vitoreándolo, que entre otras cosas dada su frivolidad no acostumbran a volcarse a las calles para expresar su adhesión y regocijo de esa manera.

Las características de Barack Obama son muy especiales y bien difíciles de reunir en un ciudadano estadounidense. Ha vivido y se ha compenetrado con las vivencias y situaciones de los habitantes de los países del tercer mundo tanto de África como de América, toda vez que de niño vivió en Kenya y en Jamaica. Eso le permite entender y compenetrarse con gran facilidad con aquellos ciudadanos que provienen del subdesarrollo.

Recordemos algo que observamos en días pasados con motivo de la cumbre de las Américas en Cartagena, sus actuaciones sin alardes pero contundentes, su manejo discretamente sobresaliente, parecía otro caribeño, otro latinoamericano más. Demostraba su grandeza con su natural sencillez. Tiene además raíces islámicas y de ahí que por ello tenga tantas críticas en su propio territorio, pero para él es una ventaja porque conoce la idiosincrasia panarábica.

No cabe la menor duda de que es el Jefe de Estado americano cuyo liderazgo internacional ha sido y sigue siendo ostensible y verdadero. Ordinariamente a los Presidentes del Tío Sam, a diferencia de Obama, en las naciones europeas no los ven con buenos ojos y por el contrario son rechazados, vituperados y despreciados. Tiene más prestigio por fuera que entre sus propios coterráneos.

Es un excelente expositor y conferencista, en la plaza pública se siente a gusto y por consiguiente sus huestes se arrebatan con su verbo, es decir maneja la psicología de masas. Su sensibilidad social no es demagógica ni populista sino que siente las necesidades de su pueblo en el fondo de su alma. Por todo lo anterior presentó una reforma de la salud cuya cobertura corresponde a aquello que es el deber ser de una potencia que no puede tener a cerca de 40 millones sin asistencia médica. Increíble que ese desamparo cobije a tanta gente en un Estado de amplio desarrollo. Mas esa es una de las fallas estructurales de esa gran nación. Desde luego su proyecto asistencial en esta materia aún no ha sido aprobado en el Congreso.

No es que se llegue a un Estado benefactor, como ha sucedido en Europa porque las economías colapsan cuando no tienen el respaldo financiero, pero los Estados Unidos a pesar de que atraviesan una crisis honda en términos económicos pueden sin afectarse tanto, al igual que los países escandinavos, mantener una seguridad social, que les permita mostrarse como una democracia sin tan manifiestos desequilibrios. No se puede creer que Colombia haya llegado casi a una cobertura total en la protección de la medicina y la democracia de las democracias y se encuentre en esa circunstancia tan deplorable.

Frente a la futura elección, es innegable que su economía en cuidados intensivos lo va a afectar. Ningún Presidente en los Estados Unidos ha sido reelegido cuando el desempleo está in crescendo y se siente la dificultad en la órbita financiera. Empero con Obama puede ser la excepción, habida consideración de que cuenta con el voto afro descendiente, el de la mayoría de las mujeres y los latinos igualmente lo acompañan. De otra parte el candidato Republicano Mitt Romneyaún no despierta ni aparece electoralmente como una fuerza vital arrolladora. No se puede de ninguna manera menospreciar, pero a mi juicio Obama será el ganador en la próxima contienda electoral.

En los debates en televisión que son definitivos en todas las elecciones del mundo, aquí incluso lo hemos experimentado, en los Estados Unidos en particular pesan mucho. Acordémonos que Richard Nixon perdió las elecciones con John F Kennedy en 1960 pese a estar con encuestas a su favor por sus salidas en falso ante las cámaras. Obama en estos enfrentamientos televisivos se defiende con mucha solvencia y con su experiencia presidencial logrará puntos que le ayuden a ser reelegido.

De todas maneras el solo hecho de que hubiese llegado a la Presidencia del más poderoso régimen democrático, perteneciendo a un grupo racial que tuvo la capitisdiminutio, que nadie podía concebir que esto pudiera ser factible, es sin discusión una proeza política que pasará a los anales de la historia.



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