No podemos negociar la paz

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Escrito por:

Germán Vives Franco

Germán Vives Franco

Columna: Opinión

e-mail: vivesg@yahoo.com



Como la mayoría de los colombianos, anhelo la paz tan rápido como sea posible. Todos clamamos porque no se derrame más sangre hermana. La liberación reciente de algunos secuestrados por parte de las Farc, hace creer que la paz puede estar muy cerca y que se puede negociar rápidamente.

Es difícil no dejarnos llevar por nuestras emociones, sin embargo debemos tener cabeza fría para entender cuál es el momento propicio para terminar el conflicto armado. Iniciar una negociación antes de tiempo, probablemente terminaría en fracaso de una u otra manera. Debemos entender los signos de los tiempos.

Aclaremos algo: se puede negociar un cese permanente de hostilidades y la desmovilización, pero la paz no. La paz se construye con acciones concretas de todos los sectores de la sociedad, que alteren radicalmente las condiciones socio-económicas que permiten la incubación de la subversión y la delincuencia.

Antes de sentarnos a negociar con las Farc, ciertos elementos deben estar presentes para que el cese de la violencia sea un paso hacia la construcción de la paz.

En el ámbito interno, creo que se deben lograr y afianzar algunas metas: acabar con la corrupción, presencia efectiva del estado en todos los rincones de Colombia, derrota de todas la bandas criminales, control efectivo de las fronteras, de los mares y del espacio aéreo, reducción significativa del narcotráfico y de los delitos conexos, y por último, que la economía esté creciendo lo suficiente y esté generando empleos suficientes para todos.

En el ámbito externo, tenemos que esperar a que el resurgimiento del socialismo en los países vecinos colapse. Concretamente, el socialismo de Chávez y el de Correa son un obstáculo mayor para lograr la paz en Colombia. Su existencia, de alguna manera justifica ideológicamente el querer implantar un estado socialista en Colombia, aunque sea por vía de las armas. El candado ideológico necesario para que las Farc entiendan que su lucha no tiene futuro, no está dado aún.

Creo que todas las condiciones mencionadas son necesarias para lograr una paz sólida y duradera. La ausencia de cualquiera de estas condiciones, incluso en el escenario de una gran victoria militar por parte del estado colombiano, solo lograría una mutación o degeneración del fenómeno subversivo en peor.

En este contexto, tienen mucha mayor relevancia para el logro de la paz, los ministerios que manejan los frente económicos, sociales y de infraestructura, que el Ministerio de Defensa, las fuerzas militares, y el mismo Comisionado de Paz.

Crear las condiciones internas para la paz, equivale a crear condiciones socio-económicas en la que todos los colombianos tengan acceso a oportunidades para mejorar sus vidas y las de sus familias. Cuando se alcance el punto en que cada colombiano tenga algo que perder, si optara por la ilegalidad de las armas o el delito, entonces estaremos cerca de lograr la verdadera paz.

No en vano el fenómeno subversivo desde sus inicios, ha encontrado terreno abonado en aquellas zonas de Colombia, en donde nuestros compatriotas no tienen esperanza alguna. Y no tienen esperanza, porque no tienen acceso a lo que hoy son derechos fundamentales de los seres humanos: educación, empleo, salud y vivienda.

Claro es, que para aquel que no tiene esperanza, cualquier opción es buena, incluso una criminal. Es en este frente de desesperanza en donde se libra la verdadera lucha por la paz. Los bombardeos no sirven para matar la desesperanza, debemos negociar con las circunstancias.

En el frente externo, no podemos hacer nada distinto a esperar o bien el fracaso total del socialismo del siglo XXI tanto en Venezuela como en Ecuador, o que ese socialismo logre evolucionar a formas benignas, corte brasileño o europeo. Estas últimas son de hecho parte del candado ideológico requerido porque rechazan enfáticamente la lucha armada; de hecho la deslegitiman porque demuestra sin ambages, que para la izquierda es posible llegar al poder por vías democráticas.

En síntesis, creo que sería prematuro iniciar un proceso de negociación con las Farc en estos momentos. Los actos unilaterales de buena voluntad de las partes, no son suficientes para lograr que el cese permanente de las hostilidades, se convierta en paz. La paz nos corresponde a todos construirla, obviamente bajo el liderazgo del gobierno.