Mano negra

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Edmundo Jiménez Valest

Edmundo Jiménez Valest

Columna: El Hurón

e-mail: edmundo_jimenez@yahoo.es



Que está sucediendo con los gobernantes en el departamento del Magdalena y el distrito de Santa Marta? Unos juzgados y condenados por la Justicia por delitos que van de los más atroces contra la persona humana, hasta aquellos que lesionan la cosa pública, como el peculado en todas sus modalidades; y, los últimos, por un lado, el burgomaestre local, acusado por la justicia de haberse reunido con grupos armados al margen de la Ley y, requerido por un fiscal de Derechos Humanos para que explique la muerte de tres personas que pertenecían a la Universidad del Magdalena, donde era rector y; por el otro, el gobernador, cuestionado por la prensa nacional y local por permitir, según ella, que su gabinete fuera impregnado por viejas y peligrosas estructuras políticas que le han hecho mucho daño a la cosa pública y al erario de los magdalenenses. Hoy, las dos entidades territoriales se encuentran a las puertas de quedar sin gobernantes para los próximos cuatro años, causando con ello un gran traumatismo a la gobernabilidad y evitando el inicio de un posible desarrollo.

 

Se podría pensar con el desarrollo de los hechos que las entidades territoriales, junto con sus gobernantes, se encuentran perseguidas, por lo que el presidente Santo denomina "La mano negra". Este fenómeno se desprende del poco o casi nada amor o sentimiento de lealtad que tienen todos aquellos quienes aspiran a gobernar a esos entes. Algunos aspiran a tener escampaderos para así de esa manera prolongar el llamado que le hace la Justicia, que entre otras cosas algún día llegará, por mucho que los partidos políticos intenten interferir con ella y; otros no importa que lleguen maniatados y amarrados para gobernar pero sí prolongando la agonía de una sociedad y dándole cabida al clientelismo y la corrupción. Ese tipo de procedimiento que toman los mandatarios, le está haciendo mucho daño al desarrollo de una sociedad sana que aspira a que algún día le llegue un buen gobernante que la extraiga de la miseria en que se encuentra, bien lo dice un gran filosofo, "el hombre es la medida de sus pensamiento". La sociedad magdalenense y samaria escogió como sus mandatarios a los que tiene en el momento. Tendrá que reflexionar muy seriamente en el futuro.

Los mandatarios, hoy, solo piensan en cómo defenderse de los "ataques" que les impiden concentrarse en definir los programas sociales que beneficien a ese gran universo de personas que se encuentran padeciendo hambre física; aquellos que carecen de una vivienda digna, los que no pueden asistir a los colegios por falta de comida. A resolver esos problemas es a lo que deben estar dedicados los burgomaestres locales y no a estar defendiéndose en los estrados judiciales por resolver dificultades que ellos sabían que tenían antes de postularse como candidatos para ser elegidos a ocupar el cargo tanto de gobernador como el de alcalde. Es necesario que respondan disciplinariamente, no sólo por los cargos actuales que se le imputan, si a ello hubiere lugar, sino por no estar cumpliendo con la responsabilidad de estar gobernando de la mejor manera y estar dedicándole tiempo a aquellos asuntos que no son del resorte de la administración departamental y local.