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Escrito por:

Germán Vives Franco

Germán Vives Franco

Columna: Opinión

e-mail: vivesg@yahoo.com



Obama últimamente ha propuesto reindustrializar a los Estados Unidos, lo cual de llevarse a cabo, tendría importantes repercusiones en diversos frentes.

Lo que Obama plantea, "insourcing", es devolver a los Estados Unidos los empleos que se han perdido por la desintegración de la cadena productiva, y que se han desplazado a zonas tan disimiles como Asia y América Latina.

La desindustrialización de los Estados Unidos ha generado desempleo, y esto ha generado un enorme descontento con la dirección que lleva el país. El desempleo hoy se ubica en 8.5% en promedio en todos los Estados Unidos, pero en aquellos estados cuyas fábricas se han cerrado para irse a China o India o algún otro país, es aún mucho mayor.

El que la economía estadounidense tenga actualmente un componente muy importante de servicios, no se ha traducido en mayor bienestar para la sociedad en general. La economía de conocimiento ha sido buena para una elite conformada por trabajadores de muchos países en donde hay participación de pocos estadounidenses.

Socialmente esto ha tenido el efecto de ampliar las diferencias socio-económicas entre la elite del conocimiento y el resto, muchos de estos últimos, parte del moribundo sector industrial. Consecuentemente, la clase media se ha reducido dramáticamente dando lugar a una mayor desigualdad social.

Lo que plantea Obama tiene sentido no solo desde una perspectiva socio-económica sino también en otras áreas. El crecimiento económico de China, jalonado por la industria, ha convertido a China en un peligroso potencial enemigo de los Estados Unidos. De hecho en el programa de recorte militar, este incluye un incremento de gasto y concentración en Asia.

El otro aspecto relevante tiene que ver con que la constante y creciente demanda por petróleo, ha enriquecido a declarados enemigos de los Estados Unidos, tales como Irán y Venezuela.

Creo que independientemente de quien sea el nuevo Presidente de los Estados Unidos, el insourcing es una excelente idea porque permite matar varios pájaros de una sola pedrada, y por tanto considero que será ampliamente acogida tanto por demócratas como por republicanos.

Dicho en plata blanca, estamos próximos a una nueva era de reindustrialización de los Estados Unidos que será muy distinta a la que predomina hoy en el mundo. Se buscará la sostenibilidad con base en el manejo inteligente de los recursos naturales, con el uso de formas limpias de energía y amigables con el ambiente y haciendo uso de tecnologías de punta. Esto debe dar por resultado una industria verde muy competitiva.

Por otro lado, en lo concerniente a la demanda por energía derivada de hidrocarburos, Estados Unidos le está apostando a la autosuficiencia, y ya hay en marcha iniciativas e inversiones importantes en este sentido.

No es claro como responderían los chinos y otras económicas del mundo ante una reindustrialización de los Estados Unidos, o como afectaría esto el libre comercio, supuestamente tutelado por la Organización Mundial del Comercio, y que prohíbe cierto tipo de prácticas comerciales.

Tampoco es claro, como responderían los países productores de petróleo, privados de los petrodólares, y sin dinero para financiar sus sueños expansionistas y sus actividades terroristas.

China seguirá por mucho tiempo dependiendo del petróleo para impulsar su economía, y es probable que consiga muy buenos precios por el exceso de oferta, pero está el problema de la sostenibilidad de este modelo debido a su impacto ecológico.

¿Que efecto tendrá una reindustrialización de los Estados Unidos en Oriente Medio y en América Latina? ¿Qué sucederá con aquellos países que hoy tienen acuerdos de libre comercio con los Estados Unidos, Colombia siendo uno de estos?

En los últimos tiempos lo económico ha determinado lo geopolítico y lo militar, y no en vano lo económico es usado como arma disuasiva, y por eso una eventual reindustrialización de los Estados Unidos produciría una recomposición del mapa geopolítico global.

La lección para aprender es que la economía de conocimiento debe coexistir con la industria. Que no son pasos sucesivos en el desarrollo sino que son complementarios, y que la desindustrialización aumenta la brecha social entre los que tienen y los que no tienen.

Sería bueno saber si nuestro Gobierno siquiera ha considerado el escenario de unos Estados Unidos reindustrializado, y como esto nos afectaría. ¡Averígüelo Vargas!.