La equidad educativa (1)

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Carlos Payares González

Carlos Payares González

Columna: Pan y Vino

e-mail: carlospayaresgonzalez@hotmail.com



Que miles de niños, niñas y jóvenes no asistan a la escuela representa una de las más odiosas inequidades que viene ocurriendo en el territorio colombiano.

Esta inequidad también se refleja en las altas tasas de analfabetismo total y funcional, en las altas tasas de deserción escolar (motivadas principalmente por razones socioeconómicas), y en lo poco que aprenden los niños, las niñas y los jóvenes que asisten a las escuelas rurales o de los barrios marginales porque reciben una educación bastante pobre o de mala calidad.

El concepto de equidad educativa está referido a un tratamiento igualitario en cuanto al acceso, a la permanencia y al éxito en el sistema educativo sin distinción de género, etnia, religión o condición social, económica o política.

La equidad es hacer efectivo para todos y todas el derecho fundamental de la educación proclamado en la "Declaración Universal de Derechos Humanos" de 1948 (Artículo 26). Basado en la búsqueda de la equidad, el Estado debe tomar las medidas compensatorias necesarias para restablecer la igualdad en aquellas situaciones de desigualdad aún persistentes.

La "Declaración Mundial sobre Educación Para Todos" (Jomtien, Tailandia; 1990), aprobada por los Ministros de Educación de los Estados miembros de la UNESCO, estableció que la educación "es un derecho para todas las personas, hombres y mujeres, de todas las edades, a través de todo el mundo". Sin embargo, aún existen muchas desigualdades en la educación en todo el globo terrestre.

Sin duda, son víctimas de la inequidad educativa aquellos adolescentes que no pueden acceder a una educación básica completa, o que se les hace imposible asistir al bachillerato o a la media superior, así como los que abandonan estos niveles sin completarlos, tanto por deficiencias en su formación previa, como por razones económicas, o de procedencia social, o étnica.

La inequidad educativa se extiende penosamente hasta el nivel superior o universitario. Muchos de nuestros bachilleres no logran acceder a una educación superior de buena calidad por las deficiencias cognoscitivas y de destrezas adquiridas en la básica primaria y secundaria.

Hay otras formas más sofisticadas de inequidad: tal sucede cuando es marcada la diferencia entre las escuelas urbanas privadas y las desatendidas oficiales de los barrios marginales y zonas rurales.

La diferencia se nota por las condiciones y el número de alumnos por aula, la disponibilidad de textos, la preparación y entrega de los docentes, el estado de las bibliotecas escolares, los laboratorios, las salas de sistema, los materiales didácticos, etc.

Otras manifestaciones pueden estar asociadas a las diferencias en el número de horas lectivas reales, los espacios disponibles para la recreación y el deporte, el número de las ediciones escolares, la disponibilidad o no de un local que estimule el aprendizaje y hasta el llamado paisaje pedagógico. Triste es reconocer que en muchas de nuestras escuelas ni siquiera existe un sistema de suministro de agua potable para los estudiantes.

Hay inequidad educativa cuando el Estado no ofrece el nivel de educación preescolar a todos los niños y las niñas, especialmente de los sectores sociales más deprimidos, ni dispone de suficientes escuelas especiales para atender adecuadamente a niños y niñas discapacitados, o no se construyen en las escuelas facilidades para el acceso de niños, niñas y jóvenes con necesidades educativas especiales.

En países con una diversidad cultural y lingüística, como es el caso colombiano, se incurre en inequidad educativa si no se ofrecen alternativas curriculares que tomen en cuenta esa diversidad, declarada en la propia Constitución Política Nacional vigente. Colombia tiene importantes poblaciones de afrodescendientes y de indígenas.

Tenemos una deuda histórica y social con ellas dado que estas poblaciones generalmente presentan altas tasas de analfabetismo, deserción escolar, extra-edad, repitencia, etc. Se observa la inequidad educativa cuando en las áreas rurales se imparte un currículo diseñado para zonas urbanas de clase media... ¿No es también inequidad educativa ofrecer a la mayoría de nuestros niños, niñas y jóvenes una educación carente de calidad y pertinencia?