¿Qué carajos vas a hacer en Miami?

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Escrito por:

Germán Vives Franco

Germán Vives Franco

Columna: Opinión

e-mail: vivesg@yahoo.com



No sé si ganó el sí o el no en la encuesta que hizo el Mono Martínez en X.  Reflejando su estilo, el Mono preguntó que si debía apoyar o no la petición del alcalde Pinedo para irse a Miami.  Yo hice la anotación de que antes de opinar era necesario saber a qué iba y que le traía a la ciudad.  Después, el Mono aclaró que se iba a un evento de la industria de cruceros.

Con mucha sensatez, el Mono dijo que antes de ir a vender la ciudad a los extranjeros, había que arreglarla; citó agua y alcantarillado, pero en mi opinión esto es solo lo básico indispensable.  Insisto en que no hay una visión ciudad ni una hoja de ruta. El problema de no tener visión y hoja de ruta es que se cae en la dispersión y se vive en el mundo de los sueños y los deseos.  El viaje a Miami es dispersión en estos momentos.

La visión permite eficiente manejo de los recursos porque focaliza los esfuerzos, y la hoja de ruta marca los tiempos y las metas.  La visión ciudad debe ser concertada para que tenga continuidad en el tiempo.  Le corresponde a la comunidad, a los samarios decidir cuál es la ciudad que queremos.

Independientemente de cuál sea la visión, hay iniciativas que son transversales; es decir, que independientemente de la visión que se adopte, estas ejecutorias son condición necesaria. A manera de ejemplo hay el siguiente ejercicio.  Doy por descontado acueducto, alcantarillado y costo de energía. 

Seguridad: la visión podría ser, Santa Marta una de las ciudades más seguras del mundo.  Hoja de ruta: más policías, intervención integral de barrios peligrosos y se colocan unas métricas.  Homicidios deben estar en x% en dos años, en cuatro, y así sucesivamente.  El beneficio comunitario es que se pueda caminar en cualquier lado de la ciudad sin que suceda nada.

Movilidad: visión podría ser uno de los mejores sistemas de transporte públicos del mundo. Hoja de ruta: Mejoramiento de transporte público e incentivos para usarlo.  Sistema de ciclo-rutas y educación ciudadana.  Nuevamente, métricas.

Santa Marta tacita de plata: visión podría ser hacer de Santa Marta una ciudad bonita y agradable.  Hoja de ruta: cables bajo tierra, no huecos en las calles, bienes inmuebles en buenas condiciones, nada de basuras, programa amor por Santa Marta, zonas verdes en la ciudad para diversión y esparcimiento de las familias. 

Conectividad: Santa Marta una de las ciudades con mejor tecnología de acceso.  Hoja de ruta: internet de alta velocidad, incluso por qué no, internet gratis en toda la ciudad.

Educación y cultura: Santa Marta la ciudad una de las ciudades más cultas del mundo y con abundante talento humano calificado.  Hoja de ruta: Universidades deben alcanzar niveles de excelencia, e igualmente colegios a todos los niveles.  Construcción de escenarios idóneos, espectáculos al aire libre y decidir la oferta.  Nodos gratis para que la gente pueda tener acceso a un computador y aprender por sí misma.  Santa Marta bilingüe.

Estos solo son algunos de los pilares, que pienso yo son requeridos para hacer de Santa Marta un buen vividero y una ciudad competitiva.  Obviamente hay mucho por hacer y no todo puede hacerse al mismo tiempo.  El rol principal del alcalde es priorizar proyectos, articular las partes y monitorear las implementaciones.

Creo que es claro las oportunidades que se abrirían para Santa Marta si tenemos una visión clara y una hoja de ruta.  Creo que la economía debe diversificarse y que el turismo de descanso es solo una parte pequeña de lo que puede ofertarse.  Sin salirnos del turismo, podría ampliarse a turismo médico y dental, a trabajadores nómadas de otros países e incluso comunidades para pensionados europeos y estadounidenses. Sería también una ciudad atractiva para industrias, preferiblemente verdes.

En síntesis, el viaje a Miami, si la justificación dada es cierta, es un desperdicio injustificable.