Escrito por:
José Vanegas Mejía
Columna: Acotaciones de los Viernes
e-mail: jose.vanegasmejia@yahoo.es
Ante unas preguntas puntuales, formuladas por estudiantes interesados en incursionar en el campo de la composición escrita, recuerdo haber hilvanado algunas ideas para exponerlas con palabras sencillas frente a un novel auditorio. Hoy presento esos conceptos como aparecen a continuación.
Entre ellas, por ejemplo, la invención de historias a partir de un tema propuesto. Puede proponerse el mismo tema para que alrededor de ese núcleo, llamado leit-motiv, los estudiantes, en grupos, inventen historias. Esas historias serán diferentes, pero el tema sigue siendo el mismo. Si fuésemos más allá, descubriríamos que cada texto nos muestra ya lo que va a ser el estilo de cada uno de sus autores.
¿Cómo se desarrolla la escritura en el aula? En el desarrollo de la respuesta anterior me referí a una estrategia que toca el aspecto de la escritura. En el aula, concretamente durante la clase de Español y Literatura, el estudiante puede escribir pequeños libretos en forma de sociodramas. No debe olvidarse que en el núcleo de cada composición escrita hay una idea. En otras palabras: si no hay ideas no podrán desarrollarse diálogos, no habrá argumentos; en fin, no habrá creación literaria.
¿Por qué es necesaria la formación literaria en un maestro? Entiendo que ustedes se refieren en especial al maestro de Español y Literatura. Pero, en general, todo maestro necesita formación literaria. Voy a considerar dos aspectos diferentes en mi respuesta: 1. Formación literaria pasiva. Consiste en adquirir un bagaje extenso y sólido sobre literatura mediante lecturas valiosas, es decir, de obras con verdadero valor literario.
Claro que consideraremos ese valor literario según criterios como tema, estilo, técnicas utilizadas, novedad narrativa, etc. 2. Formación literaria activa. Tiene que ver con la producción literaria que el maestro pueda desarrollar.
En el primer aspecto citado, el maestro lee y asimila. En el segundo aspecto el docente produce sus propias creaciones. En ambos casos la formación literaria es necesaria, pues el maestro debe conocer con suficiencia todo aquello que desea enseñar al educando. Sería preocupante, por no decir desastroso, descubrir que los alumnos tienen mejor formación literaria que sus profesores.
Creación literaria desde lo activo, lo lúdico y lo sugerente. La creación literaria participa de múltiples facetas: 1. Es activa no solo si pensamos en el autor. Las obras literarias de mérito logran que los lectores participen en la obra. De hecho, muchas obras terminan en forma abierta para que sea el lector quien les asigne el final que mejor le parezca. 2. La creación literaria es lúdica porque en el fondo constituye un juego que el autor propone al lector.
Es una forma de convenio mediante el cual el lector va a introducirse en un mundo falso, ficticio, con apariencia de realidad. 3 La creación literaria es sugerente en cuanto da origen a mundos que solo están en la mente del autor y, por lo tanto, su "realidad" es ficticia, sin compromisos con "realidades verdaderas". No olvidemos que la obra literaria es una re-creación diferente a todo lo que realmente consideramos creado.
Cómo se ejercitaba la escritura creadora en la escuela primaria. Se ejercitaba como parte o sección de la clase de Castellano. No bastaba leer bien, ni mostrar una caligrafía excelente. Lo que más servía al estudiante, aunque él no se daba cuenta, era la composición escrita, que bien podía basarse en una idea contenida en un fragmento tomado al azar por el profesor. Creo que este método es la mejor estrategia que puede utilizar un profesor para fomentar la escritura creadora.