Consejo y Justicia

Columnas de Opinión
Tamaño Letra
  • Smaller Small Medium Big Bigger

Escrito por:

Edmundo Jiménez Valest

Edmundo Jiménez Valest

Columna: El Hurón

e-mail: edmundo_jimenez@yahoo.es



No hay palabras con que describirlo. El Consejo Superior de la Judicatura debe desaparecer, así lo planteó inicialmente el Gobierno Nacional en la reformita a la Justicia.

Algunos pusieron el grito en el cielo, otros, "más aterrizados" y conocedores de lo que sucedía adentro de la Corporación, lo aplaudieron pero no porque lo querían de corazón, si no que se les había negado la participación en la repartición del ponquezón del descomunal presupuesto que tiene el Consejo Superior de la Judicatura. El Gobierno Nacional, estaba enterado de la perversidad que estaba sucediendo dentro de la Corporación.

Se está hablando de obras inconclusas que tienen un valor por encima de los 200 mil millones de pesos, con un sobre costo de más del 100%; se habla, así lo dice la gran prensa, de repartir más de 1000 cargos provisionales, sin los requisitos legales, por un valor aproximado de 50 a 60 mil millones de pesos; se habla de estudios realizados en el exterior hechos por "magistrados", con fondos públicos.

Y, como si con lo anterior no fuera más que suficiente, se habla de que aquellos que se retiran de la Corporación por haber cumplido su período y los requisitos legales para obtener el derecho a su pensión, lo hacen con promedios escandalosos que no se compadecen con la difícil situación económica de la mayoría de los colombianos. Existe, según los entes fiscalizadores, carrusel de la contratación ¿Que tal lo que está sucediendo en la justicia, siendo que es un pilar importante para conseguir la Paz en Colombia?.

Lo más triste de todo es que existe una pelea intestinal en el Consejo Superior. Hay acusaciones bastantes serias y comprometedoras entre quienes han dirigido la Corporación y las diferentes salas. La sala Administrativa y la Disciplinaria. La primera, plantea la dirección de valores, principios y, lo más importante, asigna toda la logística a los diferentes Tribunales, Juzgados y el pago de la nomina de todos ellos. ¿Se puede imaginar pueblo colombiano lo que allí acontece? Y vuelve y juega. En toda esta problemática, esta un hijo del Departamento del Magdalena. La sala disciplinaria se encarga de poner el orden a todos los funcionarios, en especial, disciplinar a los jueces y abogados. ¿Qué moral le puede asistir a esos señores para sancionar disciplinariamente a un operador jurídico, sí dentro de ellos no existe la menor intención de practicarla? La toga les quedó grande.

Lo que le convendría al país, es que este engendro desaparezca como regente de la justicia en Colombia. ¿Qué dirán aquellos operadores Jurídicos Honestos, que entre otras cosas, todavía los hay, cuando por aplicar la Ley y hacer respetar la no violación de los derechos fundamentales de los ciudadanos colombianos, sea investigado y sancionado por la Sala Disciplinaria del Consejo? ¿Qué dirá un simple notificador de un juzgado recóndito que por error o demora en notificar a los sujetos procesales, por esos hechos, les indilguen acciones disciplinarias en su contra? ¿De qué manera actuará mañana? ¿Qué les espera a los ciudadanos de a pie al escuchar que en el ente que regulador y administrador de Justicia que él espera que le brinden, le estén robando sus impuestos y, de aquello nada?.

Al gobierno nacional le conviene tal desbarajuste que existe en el Consejo. Que exista corrupción por lo que así de esa forma, equilibra la balanza: todas las ramas del poder público, son corruptas y de esa manera las puede manejar a su antojo. Por algo se retiraron los presidentes de las Cortes, en especial, el de la Corporación cuestionada, del estudio de la reforma a la justicia. No podían soportar que les quitaran las prebendas políticas, económicas y administrativas que tienen en el momento. Del presupuesto a la Justicia nadie sabe cuánto es.

La corporación cuestionada pidió al gobierno nacional presupuesto para descongestionar a la Justicia y se lo concedió. Sucedió lo que hoy se está viendo: no hubo tal descongestión, por lo contrario, aumento las nominas paralelas y los contratos trimestrales.

El Consejo Superior de la Judicatura debe desaparecer, al menos las salas Administrativas y Disciplinarias, que son las más corruptas.