Agro, en cuidados intensivos

Columnas de Opinión
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Preocupante el estado en que termina el sector agrario este año. Por un lado, el fenómeno de La Niña ocasionó mucha siniestralidad a las producciones agropecuarias y por otra parte las políticas públicas de incentivo al sector, se quedaron en anuncios y en los escritorios de los inexpertos y teóricos funcionarios del Ministerio de Agricultura y sus entidades adscritas.

Los programas de ayuda, asistencia técnica y financiamiento, llegaron a muy pocos productores del campo. Podríamos decir que la locomotora agropecuaria se descarriló arrancando.

El panorama no puede ser peor. Los cultivadores de arroz de los llanos, Tolima, Huila y la región Caribe, vieron reducido sus rendimientos por culpa de una bacteria que vanea la espiga.

De 80 bultos que se recogían por hectárea, solo se recolectan entre 50 y 55.Lo anterior sumado al contrabando y a los altos costos de producción ha generado una crisis difícil al sector. Los cultivadores de maíz, trigo y arveja, también vieron caer sus áreas respecto al año pasado.

Si por el lado de los cultivadores de cereales llueve, por el cafetero no escampa. La producción del sector se redujo en un 4% respecto al año anterior debido a que el largo invierno produjo exceso de humedad, lo cual disparó el famoso hongo llamado "la roya". Por otra parte, el acelerado programa de renovación de cafetales envejecidos, tuvo su cuota en este bajonazo, debido a que hay unas 200 mil hectáreas de árboles de café que aún están muy jóvenes para producir. Mientras tanto, los productores de cacao, no han podido con la enfermedad del hongo de "la monilia", que les reduce en un 55% el rendimiento por hectárea.

Otro sector que se encuentra golpeado por el exceso de humedad, es el palmicultor. La propagación de la enfermedad de la Pudrición de Cogollo (PC) significó la pérdida de unas 30.000 hectáreas del cultivo en Tumaco y de 10.000 en Puerto Wilches. El peligro sigue ahora en el Magdalena Medio, sur de Bolívar y Cesar, donde hay más de 30 mil hectáreas de cultivos de palma inundadas.

Ni que hablar de los ganaderos. La erradicación definitiva de la fiebre aftosa y la brucelosis -que no ha podido ser posible-, les tiene frenada las exportaciones de carne a Europa y Estados Unidos. Sus ingresos se han visto reducidos en un 50% porque se les inundaron sus fincas, se les ahogaron muchas cabezas de ganado y les tocó salir a buscar fincas en arriendo o entregar su ganado al partir, mientras recuperan sus pastizales.

Lo más triste y vergonzoso de esta catástrofe, es que el Ministerio de Agricultura, no haya sido capaz de atender oportunamente a los afectados y mucho menos implementar un programa de variedades resistentes a estas enfermedades. ¿Que estarán haciendo con el presupuesto de los 40 mil millones de pesos en Corpoica?

Presidente Santos, si usted quiere que la locomotora agropecuaria arranque en el 2012, vaya buscando unos maquinistas prácticos, porque esto a punta de estudios y anuncios no funciona.

Se trata de ejecutar con empuje una política clara sobre comercialización de alimentos, financiación oportuna, servicio de asistencia técnica directa, fortalecimiento de las alianzas estratégicas y un programa de innovación agropecuaria. A pesar del potencial que tiene la investigación en biotecnología en nuestro país, carecemos de una política que nos permita salir del atraso agrícola en que nos encontramos. Bajo el actual modelo, producimos poco y dañamos mucho.