Sufrir de Cosidad

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Escrito por:

Annabell Manjarres Freyle

Annabell Manjarres Freyle

Columna: Bordes Añadidos

e-mail: annabellmanjarres8@gmail.com



"La cosidad, es ese desagradable sentimiento de que allí donde termina nuestra presunción empieza nuestro castigo.

Lamento usar un lenguaje abstracto y casi alegórico, pero quiero decir que Oliveira es patológicamente sensible a la imposición de lo que le rodea, del mundo en que se vive, de lo que ha tocado en suerte, para decirlo amablemente.

En una palabra, le revienta la circunstancia, más brevemente, le duele el mundo". Julio Cortázar -Extracto de Rayuela

Me hubiera gustado ser una persona más práctica, pero para mí existe un gran misterio detrás de cada cosa.

Dudo siempre de todo, busco una fastidiosa perfección en todo lo que me rodea y de esa manera me pierdo de ciertos detalles de la vida. Veo cosas donde no las hay, o más bien, donde nadie las ha visto. Después lo escribo en un poema y resulta que ese poema llega al corazón de alguien.

Luego esa cosa que nadie vio, siempre estuvo ahí y todas mis confusiones se me vienen encima como una avalancha de nieve que me congela.

Admiro a las personalidades más pragmáticas, más seguras, directas y que van como flechas llegando rápidamente a todos los lugares que desean sin virar tanto. Por el contrario, siempre danzo antes que correr y me gusta hacerlo.

Por más que quisiera ser flecha, el misterio detrás de cada cosa siempre me atrae. Conozco amigas que han llegado muy lejos, amigas que desde un principio han tenido ese aire práctico y simple de la vida. Por cierto, estas amigas mías que tanto me han inspirado el día de hoy, no son poetas. Y el que las admire no quiere decir que desee ser como ellas, porque de ser así, negaría toda la magia misteriosa de la que he sido testigo.

Un día decidí meterme por el camino de los misterios y aun no he podido salir de él. Empecé a leer literatura y jamás lo leeré todo. Lo cual me frustra.

Luego, descubrí que cada persona es un mundo y quise meterme en esos mundos estudiando personalidades diferentes y me llené de todas esas personalidades de manera tan obsesiva que tocó disfrazarme de Arlequina en un Halloween para convencerme de que todos usamos máscaras. El ejercicio fue increíble, a la mañana siguiente desperté con la idea simple de ser y estar con el corazón.

En ese camino de misterios llegué a mi carta astral y según eso, no seré feliz en el amor jamás. Desesperada y romántica, visité a una bruja y la experiencia fue visceral. De qué se trata el universo puesto en una mesa?. Sentí que la bruja me dijo a través de las cartas todo lo que yo necesitaba escuchar y por lo tanto dudé de su interpretación.

Para llegar más a fondo estudié el tarot, recordando con memoria de elefante cada carta que me auguraba algo bueno.

¡Era cierto!, ella no mentía. Fue mi luz la que eligió todas esas respuestas que han estado siempre allí, en mi intención.

Soy afortunada al no ser de aquellas personas que sucumben ante un suicidio al escuchar algo tan fatal, pero no pude evitar el desgarro emocional, el miedo profundo y la conjugación del pasado, con el presente y el futuro, envueltos en una masa oscura que empañaba toda mi esperanza. Ahora entiendo por qué la Biblia prohíbe la Astrología y le aconseja a la humanidad que se enfoque en la fe. Ya entiendo un poco más el secreto detrás de "El Secreto".

Es más, entiendo que en el momento en que la circunstancia me revienta, más que un hecho inevitable del destino, es una oportunidad para elegir como vivirla, ya sea disfrutándola o sufriéndola.



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