Uno, vaya y venga… pero ¿tantos?

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Cecilia Lopez Montaño

Cecilia Lopez Montaño

Columnista Invitada

e-mail: cecilia@cecilialopez.com



Colombia está viviendo unas circunstancias insólitas: después de 8 años de una Presidencia que despertó no solo popularidad-que también tiene Santos-sino fuertes pasiones, sobre todo de apoyo, se enfrenta ahora a escándalos diarios que van creciendo en gravedad.

El último, 25 años de condena para el ex director del DAS, Jorge Noguera, tiene toda clase de implicaciones. Primera, no solo fue protegido por el ex presidente Uribe que lo calificó de buen muchacho sino que ante semejante condena siguió dudando de la justicia.

Excusas y después dudas, ¿quién lo entiende? Segundo, como se ha dicho, esta condena confirma la entrega del DAS a los paramilitares y da pie a todas las denuncias sobre las terribles chuzadas de que fueron víctimas la oposición, los líderes de derechos humanos y mucha gente considerada peligrosa por el gobierno Uribe.

En aras de dar el beneficio de la duda, es cierto que los seres humanos somos todos complicados, impredecibles y que por ello, no es raro que un subalterno traicione al jefe.

Los cónyuges se traicionan entre sí, que puede esperarse de los demás. Aunque los maridos lo hacen con más frecuencia que las esposas, en aras de no ser tildada de feminista iracunda, reconozco que crecientemente las mujeres se han vuelto también infieles.

Ese es el argumento de los furibistas, que no pueden defender a Noguera involucrado hasta en el doloroso crimen de Alfredo Correa de Andréis, en Barranquilla, pero insisten en la inocencia del ex presidente Uribe. Para ellos, el ex presidente fue traicionado por Noguera.

Pero si fuera uno solo de los funcionarios de la administración enredado en la justicia, vaya y venga. Pero el gran problema es que son muchos, muy cercanos al Presidente y algunos de ellos defendidos por él en forma impropia, como el caso de la ex directora del DAS a quien Uribe ayudó a conseguir el cuestionado asilo en Panamá.

La cuenta crece día tras día: varios ex ministros, uno ya preso y cada vez más complicado como el ex ministro Arias; varios de los hombres de confianza de él en Palacio; directores de instituciones públicas, algunos de los cuales permanecen en sus cargos de manera inexplicable como el actual director del DAS y la Directora de Bienestar Familiar, para solo nombrar unos pocos.

Frente a esta realidad solo hay dos posibilidades a cual más de grave para la administración Uribe Vélez. O el ex presidente Uribe que duró 8 años en el poder no se dio cuenta o estos casos se consideraban parte de las estrategias gubernamentales, para ponerlo en términos suaves.

Si no se dio cuenta el hombre de la micro-gerencia, el país debe sancionarlo por ineficiente, por falta de criterio al escoger a sus subalternos, por demasiado apego a sus amigos. Y lo otro, que es lo que nadie se atreve a plantear claramente porque la timidez invade a furibistas y también a los nuevos santistas, es que se consideraba que esa era la forma de gobernar al país y como tenía el apoyo de gran parte de la ciudadanía se creyó el ex presidente con patente de Corzo para actuar en una forma que muchos trataron inútilmente de criticar, pero que quedaron como voces aisladas y además perseguidas.

Al paso que vamos, solo la historia dilucidará esta incógnita, cuando todos estemos muertos. La otra posibilidad es que como pasó en Chile con la dictadura, cuando un juez internacional habló, el pueblo chileno perdió el miedo y se empezó lentamente, a conocer la verdad?