¿Vale la pena vender ETB? ¿Es bueno el capital privado?

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Andrés Londoño Botero

Andrés Londoño Botero

Columna: Bitácora del primer y cuarto cuadrante

e-mail: a.londono134@uniandes.edu.co



Noticias económicas como la venta de ETB y la regla fiscal, han suscitado posiciones contrarias en algunos grupos políticos. Las protestas realizadas por las vías de hecho, han dejado como saldo letreros que atentan contra la belleza de las edificaciones emblemáticas del país, pero ¿Qué tanta razón tienen estos grupos políticos? Y ¿vale la pena ultrajar nuestros símbolos e irrumpir con el desarrollo de la rutina?

Hubo un tweet publicado por un economista que se opone a la venta de ETB, el cual, por un momento hizo que llegara a pensar que este personaje había cambiado de opinión. Sin embargo, después me di cuenta que a él el hecho de que una empresa triplique su precio en bolsa, le parece algo negativo.

A mi parecer, la razón por la cual a Fidel Castro poco le interesa el estancamiento de la economía de su país, es que el pobre crecimiento de esta isla se debe principalmente al hecho de que sus empresas no crecen, -para ilustrarle al lector la repercusión que tienen las políticas económicas en el desarrollo, le recomiendo ver una foto de La Habana hace veinte años y compararla con una foto actual; este mismo procedimiento se debe realizar posteriormente, usando ahora como referente a la ciudad de Shangai-.

La evidencia nos muestra que el capital privado, al tener incentivos para mejorar, genera bienestar para la sociedad en cuanto mejora la calidad de sus productos. Cuando éste se enfrenta a competencia, los precios de dichos productos bajan. Este fenómeno se vio en Colombia con la inclusión de nuevas empresas en este mercado. El ministro Diego Molano les recordó a los senadores de la Comisión Sexta, que sin la ayuda del capital privado no habría sido posible aumentar la cobertura de internet, y también la importancia del papel que ha jugado este capital para abaratar las comunicaciones en nuestro país.

En mi opinión, el Estado debe ser consciente que no puede acaparar todos los sectores, y de que a veces es mejor que los privados se encarguen de algunos mercados. La razón detrás de lo anterior es que los privados, al tener incentivos para obtener ganancias, buscan tecnificarse más y, al verse sujetos a una situación de competencia, se ven forzados a bajar sus precios.

Volviendo al economista el cual se mencionó en el segundo párrafo, se puede decir que en su línea de pensamiento parece estar la concepción de un Estado que acapare la mayor cantidad de mercados como sea posible. La reciente crisis europea ha mostrado falencias de fondo en este tipo de estados; los países europeos que tenían un gran número de subsidios, se han visto forzados a reducir sus gastos; el tamaño de estos estados se ha reducido a raíz de gran intervención en diversos mercados. El ahorro parece una solución acertada para este tipo de casos, ya que le otorga al país un margen de acción en tiempo de vacas flacas, suavizando de esta manera el ciclo económico. Esto provoca un crecimiento más homogéneo de la economía y reduce significativamente el efecto negativo de las contracciones económicas.

Luego de realizar esta reflexión, considero que las vías de hecho para oponerse a estas políticas no justifican el detrimento de nuestro patrimonio cultural posterior a una protesta. Tampoco vale la pena hacerle perder un día de trabajo a pequeños y medianos comerciantes, que parecen estar representados por estos grupos políticos sólo en el discurso y no en los hechos. No entiendo con que argumento pregonan ellos en crear patria citando a veces personajes de la historia, si a la hora de actuar atentan contra los símbolos que representan nuestra historia.