Revista semana: ¿La perdimos?

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Cecilia Lopez Montaño

Cecilia Lopez Montaño

Columnista Invitada

e-mail: cecilia@cecilialopez.com



Cuando la lectura elemental de lo que está sucediendo en Colombia es el grito pacífico y alegre de un país que se despierta y quiere quitarse el pesado andamiaje represivo, excluyente y lleno de privilegios para unos pocos, lo mínimo que se espera de sus principales medios de comunicación es que respondan con apertura a esta innegable demanda.
Un ejemplo muy interesante durante los días de paro lo dio CityTv, que mantuvo a los bogotanos informados minuto a minuto sobre todo lo que estaba sucediendo. Tener la posibilidad de ver la danza de los tambores a muchos nos hizo derramar lágrimas y nos generó el deseo de salir a acompañar esa juventud llena de energía que nos transmitía la esperanza de un país mejor.

Pero mientras esto sucede, en Semana vemos una tendencia contraria y surge la pregunta de cómo se sentirá Felipe López, liberal por definición, cuando muchos vemos síntomas preocupantes en la que fue su obsesión, la Revista Semana. Se está llenando de esos columnistas de extrema derecha que muchos colombianos progresistas sentimos que refuerzan esas posturas que gran parte del país quiere cambiar. Algunos de ellos, no todos por supuesto, no tienen ni la experiencia, ni la carrera ni el reconocimiento que deberían para estar en esta la revista de análisis del país.

Simultáneamente han sacado a otros experimentados que durante muchos años nos hacían madrugar los fines de semana para leer esos análisis que muchos compartíamos.

Sí, entró el capitalismo en pleno con los Gilinsky, pero por qué en momentos en que el país se libera; en que se cuestionan muchos de los errores de una sociedad estratificada manejada por unos cuando grupos de poder, la revista Semana, nuestra Revista Semana, refuerza con sus columnistas nuevos lo que esta sociedad en plena liberación quiere cambiar? Otros desconectados de la realidad nacional, en este caso los nuevos dueños de Semana. Miren lo que le está pasando al gobierno que peca de no entender lo que sucede actualmente en el país.

Si de negocios se trata también se están equivocando porque de nuevo están surgiendo razones para cancelar suscripciones. De pronto, como se están poniendo del lado del poder debilitado pero que aún ejerce, creen que con propaganda proveniente de esos sectores no se afectarían sus ingresos. Pero en eso también pueden errar porque aun dentro de grandes limitaciones muchos de los que vemos al país con ojos más amplios tenemos voz y los medios digitales crecen en audiencia.

¿Será que estamos perdiendo nuestra Revista Semana? La única que realmente quedó después de que se acabó Cambio, que tantos escándalos destapó y que nos dio a conocer la perversión del poder cuando se siente omnímodo. Si esta tendencia de derechizarla predomina, los excelentes periodistas que aún perduran en este medio y que sin duda han podido mantener la objetividad en momentos difíciles, terminarán arrinconados. Quienes perderían no serán solo los nuevos dueños aunque tienen muchísimos negocios en los cuales ocuparse, sino esa creciente parte de la sociedad colombiana que necesita sentirse interpretada en momentos tan interesantes y definitivos para el nuevo amanecer de Colombia.

A lo mejor con críticas como estas, que seguramente habrá muchas, no sacaremos nada pero por lo menos dejamos constancias históricas, una más entre las muchas que se hacen permanentemente, de que la Revista Semana, nuestra Revista, está dejando de ser la que necesitamos como un medio pluralista que no queremos perder por el bien de esta sociedad.

Nunca como ahora se habían dado tantas posibilidades de presentar observaciones objetivas que ayuden a que el despertar de la juventud colombiana y la participación de quienes se sintieron inhibidos por décadas, contribuyan a la construcción en la sociedad del siglo XXI, libre, justa, solidaria. Es decir, apoyen a esa Colombia que solo ahora, libre del conflicto armado, puede empezar a mirar el futuro con otros ojos. ¿Sera que este proceso nos tocará, y sobre todo a los jóvenes, sin el aporte progresista de la Revista Semana?


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