Un indígena regirá los destinos de Uribia

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Escrito por:

Jesús Iguarán Iguarán

Jesús Iguarán Iguarán

Columna: Opinión

e-mail: jaiisijuana@hotmail.com


Después de dos décadas de consecutivo mandato por un clan familiar, el municipio de Uribia cambió de opinión eligiendo para los próximos cuatro años a un autóctono guayú, que se empeñó en convencer a sus paisanos que un miembro de su raza también podía gobernar los destinos de su etnia.

Bonifacio Henríquez, un indígena guayú que fue elegido por más de 2.000 votos cuando decidió ocupar una curul en el concejo de esa municipalidad, entró en esa corporación legislativa, empeñándose en fabricar la idea de que los guayús podían elegir a uno de su raza para que llevaran los destinos que por cuatro lustros se encontraba en manos de clan familiar que no era indígena ni tampoco de oriundos del municipio.

Después de una larga odisea por buscar la alcaldía, el 27 de octubre sus paisanos correspondieron a su llamado y lo eligieron para que por los cuatro años siguientes se hiciera la primera autoridad del municipio.

En pasado domingo se ofreció una misa en acción de gracias por el triunfo obtenido por el nuevo burgomaestre, en la cual asistí. En un aporte de la eucaristía el alcalde electo se dirigió a su pueblo manifestando que deseaba la paz política para su pueblo que no desea rencillas políticas ni viene con el ánimo de lesionar a nadie, por lo contrario, pide justicia, demanda energía y anhela probidad, demostrará que ansía la paz como alivio para el presente y mejoramiento para el futuro, también manifestó que quienes soliciten garantías, anhelen trabajar y contribuyan al restablecimiento de la normalidad encontraran su apoyo. En su discurso agregó que permanecerá tranquilo ante los pacíficos y se mostrará airoso y fuerte contra aquellos que deseen implantar corrupción, propuso castigar con un máximum de severidad todo nuevo atentado contra la seguridad del municipio. “Pido a la providencia y a Dios darme fuerzas bastante para cumplir con mi programa de gobierno para no defraudar al pueblo, deseo también invocar la razón de los asociados antes que apelar a la eficacia dolorosa de las formas violentas, seré neutral con los neutrales y enormemente severos con aquellos que no guarden su promesa de paz, proceder de otra manera sería hacerle un fuero a la barbarie”.

La alocución estuvo fue bastante plausible y al parecer llevará como símbolo de la disciplina el deseo de implantar la paz en el municipio que por ahora parece encontrase alterada, de igual manera parece poner al servicio del pueblo una fe ciega como lo hacen los grandes y rectos magistrados e imponga la firme voluntad que sólo desea hacer el bien para la prosperidad de su pueblo y que si llegó a convencer al su pueblo con el lema de “por amor con el chinito” de igual manera logre escribir la nueva historia benefactora de su pueblo, que tanto anhela su etnia. 

Esperemos pues, que el nuevo mandatario imponga un valioso contingente en beneficio de la paz y que el todopoderoso escuche nuestras oraciones para que pueda tener acierto y firmeza en el cumplimiento de sus deberes.