Los Deepfakes son delitos

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Melchor Tirado Torres

Melchor Tirado Torres

Columna: Derecho Penal

e-mail: melchortiradot@gmail.com


La verdad…pero bueno,  que es la verdad,  definiéndola  “como la incógnita a despejar en la ecuación de los hechos” luego de la introducción de una serie de variables como la información de lo oído por la radio, lo oído y visto por televisión, lo leído en los periódicos y revistas , lo inventado o narrado por el sujeto, constituyéndose todos  indicios y lo que nos muestre el Internet …

De esa información obtenemos la verdad, como colorario, todos pueden ser manipulados con propósitos puntuales para presentar “una mentira como verdad con criterios y fines puntuales de manipulación social”. Entre todos ellos   surge una nueva modalidad delictual de suplantación de identidades   físicas   en videos y fotografías en el mundo del Internet, un nuevo peligro “para la obtención de la verdad” y se trata de los “Deepfakes” ( traducido al idioma  español como  fallas profundas), esta es una nueva amenaza tecnológica y consiste en la alteración “dolosa” de videos y fotografías con el propósito de superponer  el rosto  de una persona u otras partes del cuerpo  -  en general un personaje casi siempre famoso -  en  el cuerpo de otro,  esto con un nivel de realismo   suficiente para  engañar a los espectadores consiguiendo  colocar al personaje en situación inverosímil o denigrante , el “delincuente”  utiliza técnicas  de inteligencia artificial conocidas como  “deep  learnig” ( traducido al idioma español como  aprendizaje profundo) para manipular las  imágenes   y hasta crear  información  política  falsa para manipular a la opinión pública  con propósitos perversos y malévolos. ¿Me pregunto, es posible identificar un Deepfakes?, con la respuesta de que actualmente sí, como técnica de suplantación relativamente nueva su desarrollo permite detectarlo relativamente fácil - por el momento -, pero esto no lo podremos garantizar al futuro porque el desarrollo tecnológico crece de manera exponencial y la aplicación ilícita no es la excepción.
Uno de los campos en los que más se presentan los Deepfakes es  en el  pornográfico en donde a un cuerpo de mujer ya sea en video o en foto se le coloca un rostro de una actriz -  por ejemplo -  con el propósito de satisfacer fantasías en  que “el dueño del video” imagina relaciones  con la actriz ; lo preocupante es que como la  investigación  en inteligencia artificial  madura muy rápidamente,  se cree que en un futuro “ cercano”  la tecnología para hacer Deepfakes harán los artíficos  más difíciles  de identificar y por supuesto  más difícil de controlar  y judicializar,  el precio que pagamos por el desarrollo tecnológico es el lamentablemente el crecimiento   de la impunidad, y esto  dificulta  detectar al violador. Llamo la atención sobre el hecho de creer a pie juntillas  todo lo que nos muestran los medios de comunicación, sobre todo en las redes “supuestamente gratis “- y óigase bien, no existe lo gratis … todo hay que pagarlo,   en el único sitio en donde existe lo gratis es en  el diccionario, fuera todo cuesta y hay que pagarlo, y, en ocasiones bien caro; el uso de la información obtenida del  Facebook, WhatsApp, Instagram, twitter, ect debe  ser  procesada cuidadosamente  antes de darle credibilidad porque puede tratarse de una  suplantación  y al darle credibilidad  “ ya estamos de hecho  mínimo  condenando moralmente al suplantado , siendo este inocente “ y ,ojo,  al  reenviar  el  Deepfakes llegado  estamos actuando como  “cómplices del delito” , por lo que esto no se debe hacer – quien propaga lo ilícito es tan culpable como el que lo genera - .
A través de la historia varios casos de Deepfakes se han hecho famosos como el caso del expresidente Barak Obama quien apareció en un video en el que calificaba como un completo idiota  a Donald Trump. O el de la actriz Jannifer Lawrence quien pareció con el rostro del actor Steve Buscemi. O el del Presidente Argentino Mauricio Magri a quien le colocaron bigote y rasgos de Hitler. O el de un expresidente colombiano al que le colocaron  de manera grotesca el vestido de una primera dama. Todos estos casos considero merecen el rechazo y el repudio total, y son denunciables por el delito de Injuria en un principio, pudiéndose dar en concurso  otros delitos según el caso y la lesión particular. Soporte de apoyo Revista Semana, Edición # 1919.