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Columnas de Opinión
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Escrito por:

Germán Vives Franco

Germán Vives Franco

Columna: Opinión

e-mail: vivesg@yahoo.com



Me alegré mucho cuando Rafael Martínez convocó a reunión de gabinete y que iba a ser transmitida en vivo.  Fue más que obvio que llevaba meses preparándose para eso. 

Solo al final de la misma logró tranquilizarse un poco; estaba tan estresado que en un par de ocasiones se le salió el venezolano; algo comparable al fenómeno de regresión en que las personas ante un evento traumático vuelven a orinarse la cama como cuando eran niños.

Al momento de escribir esta columna, Martínez persiste en utilizar trucos baratos para minar la autoestima de su gabinete.  Sin embargo, en estos momentos Martínez es tan inofensivo como un osito de peluche.  Para infortunio de Martínez, su gabinete lo sabe.  Para mí fue evidente el liderazgo natural ejercido por la secretaria Castañeda quien le hace contrapeso a Martínez, a punto tal, que este se siente intimidado. 

El mensaje de Martínez puede resumirse en estas frases: “No son un gabinete de mi entera confianza”, “no votaron ni me acompañaron en la construcción de este proyecto político”; “soy un micro gerente”, “lo importante es el Plan de Desarrollo”, “si a mi escritorio llega un documento que ha pasado por todos los controles, yo lo firmo, y si hay algo mal, tendrán que responder”, “nada se gira sin mi visto bueno”.

Cada ratero ratea con su cuadrilla, y precisamente el hecho de que el gabinete no sea de la entera confianza de Martínez es lo que genera confianza en los ciudadanos.  No solo para garantizar que no se pierda nada sino para resolver el caos y la folclórica informalidad con que se gerencia la ciudad.  Ya entendemos por qué tantos atrasos y otrosís.

Los que tenemos algo de experiencia en estas lides sabemos que cuando alguien es sorprendido con las manos en la masa y todavía no se le ha probado, inmediatamente compensa y exagera.  Esto reafirma la culpabilidad. 

Desafortunadamente, lo hecho, hecho está.  Que de ahora en adelante sea el alcalde más honesto y transparente del país, no va a borrar los actos de corrupción cometidos, si los hubo.  Debería darle las gracias a Andrés Rugeles que le dejó un gabinete, menos dos, idóneo para que no lo dejen naufragar en el remolino turbulento de su propia incompetencia.

Y es que cuando un gerente se rodea de incompetentes o mañosos, le toca recurrir a la micro gerencia.  El alcalde micro gerente no tiene por definición un gabinete de toda su confianza. Si lo tuviera, no sería micro gerente.  En varios apartes de la reunión dejó entrever que si hubo actos de corrupción, fueron cometidos por otros.  Sin embargo, él mismo reconoció que siempre ha sido un micro gerente y que nada se gira sin que él lo revise, y además el nombró su gabinete de “confianza”; el nombró a los bandidos,  él responde por y con los bandidos (culpa in eligendo).

La reunión destapó la falsedad de muchos de los indicadores de logro y cumplimiento, lo cual se suma a toda una cadena de irregularidades y cabos sueltos.

Hay ejemplos que contradicen que sea responsable fiscalmente.  En el concepto de algunos, hay propuestas en el Plan de Desarrollo que no deben intentarse.  El cuento del Plan de Desarrollo es un cuento de bobos. ¿Y la solución al tema del agua?  Ah, ese no está en el Plan, luego entonces ese Plan sirve de poco.  No se preocupe Martínez, que nadie le va a reclamar porque no cumpla su Plan de Desarrollo, es más, muchos le agradeceríamos que no lo cumpla para que las cosas no queden mal hechas o medio hechas.

El lavatorio de Pilatos no le va a funcionar.  Y ojalá siga haciendo todo público.  Estoy seguro el actual gabinete lo agradecerá, y además, como siempre sucede en estos casos, entre más cerca de la luz, más se notan las arrugas.



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