La justicia staliniana para el coronel Alfonso Plazas

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Jorge Caicedo Correa

Jorge Caicedo Correa

Columna: Opinión

e-mail: jcaicedoster@gmail.com



Leyendo la revista Semana, edición 1520 en su artículo "Alguien Miente" me quedé pasmado en un hecho que para mí es inconcebible. 

En el articulo explica que la Fiscalía en cabeza de la fiscala Ángela María Buitrago toma una declaración a un testigo que entra en forma anormal a la Escuela de Caballería, veamos cómo está escrito en la revista: "Estos lo trajeron ante la fiscal y lo ingresaron a la guarnición militar en un vehículo autorizado, lo que explica por qué no quedó registro de su entrada." 

Para entrar a la Escuela de Caballería y a cualquier establecimiento militar o industrial en cualquier parte del mundo las personas obligatoriamente se tienen que identificar en la guardia, portería, recepción o como se llame.

Además, la persona que estaba entrando en forma irregular lo hacía para dar una declaración jurídica, no para visitar ni conocer las instalaciones, presentándose una duda en su verdadera identidad, veamos lo que dice la revista: "Entre estas, que en el acta quedó registrado el nombre de Édgar Villarreal y no Édgar Villamizar, que esta no precisa la fecha de la diligencia".

El articulo narra que se presentó presuntamente el verdadero Edgar Villamizar, cédula antigua y nueva en mano a la Procuraduría a negar que estuvo en esa no sé como catalogarla declaración o inspección judicial y ahora toca, como explica la revista averiguar quién fue el declarante o quien entró escondido.

A pesar de todas estas irregularidades, esta declaración fue aceptada por la jueza María Stella Jara para condenar al señor coronel Alfonso Plazas a 35 años de cárcel, esto es a morir detenido.

En un sistema jurídico democrático, todas las pruebas se controvierten y a los testigos, en sus declaraciones la contraparte tiene la opción de interrogar o controvertir las pruebas para que la jueza determine la veracidad y dé su fallo.

Esta era la forma habitual de impartir la "justicia" de Josef Stalin en la época comunista, donde la KGB rusa, la Stasi de Alemania oriental y similares, ingresaban a las viviendas, empresas, unidades militares en forma arbitraria y recolectaban pruebas para enviar a la cárcel a sus opositores, no es desconocida para los camaradas criollos ya la han intentado infructuosamente de implantar en Colombia, lo vimos primero en Marquetalia posteriormente el M-19 quiso juzgar al presidente de la Republica Belisario Betancourt en su sangrienta toma del Palacio de Justicia con dinero del narco Pablo Escobar.

El Procurador General de la Nación está alertando a la comunidad demócrata colombiana de este arbitrario proceder, porque hoy le toca al coronel Plazas, mañana le puede pasar a usted, las actuaciones jurídicas, deben ser claras, no se puede mandar a la cárcel a nadie con una declaración suscrita en esa forma, que entre camuflado, que acuse y se pierda como en la era staliniana.

Parodiando la célebre frase de Sr. Winston Churchill en 1948, cuando Josef Stalin "El Padrecito", de triste recuerdo, mandaba en medio mundo: "A Europa del Este le cayó una cortina de hierro".

Al coronel Plazas por ser la persona mediática en el operativo de la liberación de los rehenes del Palacio de Justicia, toma a sangre y fuego efectuada por el M-19 en noviembre de 1985, también le cayó esa muralla porque su suerte aún no se define y está en la balanza de los tribunales a pesar de todas las evidencias a su favor y que la prueba reina fue recolectadas en forma irregular.