Qué hacemos con Trump

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Escrito por:

Cecilia Lopez Montaño

Cecilia Lopez Montaño

Columnista Invitada

e-mail: cecilia@cecilialopez.com



La verdad es que para Colombia el presidente Trump se ha vuelto un verdadero problema. No solo por su personalidad conflictiva que genera reacciones en cualquier ámbito en el que se mueva, sino que en el caso colombiano esto mismo sucede por razones adicionales muy concretas.
Dentro de ellas la más importante es causa de inconvenientes internos y se deriva de la forma como el presidente Duque ha decidido relacionarse con el primer mandatario estadounidense. En su afán de congraciarse con Trump lo ha apoyado de manera clara y decidida en temas complejos para Colombia, dando paso a que el país se involucre en áreas en las cuales Colombia no debería tener ni arte ni parte. Pero además, ahora el embajador gringo que hasta ahora había seguido las reglas de la diplomacia, termina interviniendo claramente en los asuntos internos del país.

No es fácil para ningún presidente colombiano manejar sus relaciones con el gobierno estadounidense, sobre todo por la agenda en común que comparten estas naciones, quieran o no. Las drogas han sido y seguirán siendo el mayor dolor de cabeza entre los dos países porque no ha habido poder humano que haga entender al gobierno de Estados Unidos que la demanda es tan o más importante que la oferta de sustancias sicotrópicas. Como el apoyo económico y la política con nuestro país gira alrededor de si nos portamos bien o mal en este campo, según los gringos, todos los presidentes han tenido que enfrentar serias dificultades con quien este al mando. Si nos certifican o descertifican, si nos ponen o no en la lista negra, depende el apoyo económico que nos envían y que el gobierno colombiano, cualquiera que sea el encargado de turno, siempre busca.

Pero sin sacar este problema de la agenda entre los dos países, ahora la situación se ha vuelto casi inmanejable gracias a Venezuela. De cabeza se metió el presidente Duque a liderar en América Latina la sacada de Maduro del poder en Venezuela y con eso ganar un premio que parece más un castigo: ser el mejor amigo de Trump. Ingenuamente el presidente Duque creyó que tumbaría a Maduro rápidamente y con eso las tendría todas ganadas con el gobierno del país que todavía es el más poderoso del mundo.

La verdad, es que así no se acepte, esta apuesta fracasó, Maduro sigue en Venezuela y quien está pagando los costos es el pueblo venezolano. Pero el problema no quedó ahí. China y Rusia están mostrando claramente sus dientes a todo el que se opone a Maduro. Y quien lo creyera, esto empezó a enredarle aún más la situación a Colombia y a su actual gobierno. No son apoyos menores los que tiene Maduro, sino que se trata de dos potencias militares sin agüero cuando se trata de defender sus intereses. Ya Rusia se metió con Colombia cuando nosotros estábamos lejos de su radar. La historia no termina ahí.

Cuando se creía que el nuevo problema de las relaciones entre Estados Unidos y el gobierno colombiano era Venezuela, los últimos acontecimientos demuestran que no. Que el embajador de Estados Unidos invite a miembros del Congreso para presionar, así sea veladamente, decisiones que son de su fuero para apoyar al presidente Duque, es inadmisible. ¿Sera que como al presidente Duque se le enredaron sus objeciones a la JEP, le pidió cacao a Trump quien le ordenó a su embajador que lo ayude haciéndoles sugerencias a los congresistas? Hágame el favor.
Si la intervención clara de Trump con Maduro termina en la Guerra fría 2.0, nosotros por lambones acabaremos en un gran conflicto internacional siendo la parte más débil de semejante lío.

Como si el presidente Duque no tuviera ya suficientes frentes de conflicto abiertos dentro del país para ahora meterse en más. No hay que olvidar que ni a China ni a Rusia les tiembla la mano cuando de imponer sus objetivos se trata. Con respeto a la clara intervención de Trump en asuntos internos de Colombia, nadie por comprometido que este con el gobierno de Duque, apoyaría este comportamiento del gobierno gringo.

En síntesis, ¿qué hacemos con Trump? o mejor dicho ¿qué debería hacer el presidente Duque para no terminar cargándole ladrillos en una confrontación en donde el país pierde de todas maneras?, o ¿cómo frenar la intervención gringa en asuntos que no le incumben? Es necesario darle prioridad a los asuntos internos donde hay tanto que resolver y marginarse de los problemas internacionales en los cuales se ha involucrado con muy poco éxito. Pero además, ser muy claro que en los temas de Colombia no interviene sino el gobierno colombiano. Sera que ¿algo se puede hacer sin que se ofenda al impredecible Trump? Dios quiera que sí.


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