Nuestros viacrucis

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Escrito por:

Luis Reyes Escobar

Luis Reyes Escobar

Columna: Opinión

e-mail: luksreyes@hotmail.com


Lo primero en lo que pienso cuando me hablan de la semana santa, es en el viacrucis. Durante este acto devocional cristiano, se hace una remembranza de lo que tuvo que vivir Jesucristo desde que fue aprehendido hasta su crucifixión y sepultura. Dado a que esta experiencia fue muy dolorosa, muchos utilizan la expresión viacrucis para referirse a las dificultades que enfrentan en su vida.

Atravesar por momentos difíciles, me atrevería a decir que es algo propio del devenir de la existencia. Estas situaciones no deseadas por muchos, también conocidas como problemas, retos, quiebres, aprendizajes, etc., pueden ser de todo tipo y no distinguen de raza, religión, clase social, entre otros. Es decir, los que tienen lo económico resuelto, tienen asuntos emocionales a resolver; los que son felices con sus familias, enfrentan adversidades económicas y así sucesivamente. Así que de alguna manera, los chicharrones –como coloquialmente también se les llama– son un aspecto en el que todos o por lo menos una gran mayoría confluimos.

Desde mi perspectiva, las personas siempre enfrentamos los problemas, ya que incluso cuando los ignoramos, decidimos que esa será la forma de atender la situación. Existen muchas formas de descifrar los retos que nos plantea el día a día, entre esos, encontramos las reflexiones internas, las conversaciones con amigos, la asistencia de profesionales, los acompañamientos espirituales, los tutoriales en YouTube y un sinfín de alternativas ajustables a las necesidades y gustos de quien se interese. Cualquier opción que escojamos como alternativa para abordar nuestros impases puede ser útil, siempre y cuando lo hagamos en consciencia y estemos dispuestos a enfrentar las consecuencias que pueda traer nuestra decisión.

Estar dispuestos a enfrentar las consecuencias de nuestras decisiones habla de nuestro nivel de responsabilidad. Esto es sumamente importante a la hora de decidir cómo enfrentar nuestros quiebres o por lo menos, eso es lo que pienso. Dicho en otras palabras, desde mi perspectiva existen dos tipos de personas; las que nos hacemos responsables y tomamos las riendas de nuestra vida y las que deciden dejarse llevar por la corriente, recargando la responsabilidad del resultado en otras cosas u otras personas. No creo que ninguna sea mejor que la otra, tan solo son formas de vivir la vida y no debería existir ningún inconveniente si estamos dispuestos a enfrentar las consecuencias de nuestra decisión, como les comenté en líneas anteriores.

Sin querer ser irrespetuosos con los que no se afilian a mi pensamiento, trataré de explicar un poco más a fondo por qué considero que el tomar las riendas de nuestras vidas es tan importe a la hora de enfrentar nuestros momentos difíciles. No creo que ninguna práctica, creencia, religión, metodología, etc. pueda resolver mi vida sin el compromiso de mi actuar. Es más, si lo veo desde una perspectiva religiosa, creería que le estaría faltando el respeto a ese ser supremo al desconocer el poder que nos otorgó con el libre albedrio o la perfección de su creación. El poder que tenemos es tan grande, que aún no tenemos claro hasta donde podemos llegar y cada día subimos el estándar.

No creo que debamos ser autosuficientes o que debemos privarnos de pedir ayuda, porque no hay fuerza más grande que la de un equipo. Soy un convencido de que dos cabezas piensan más que una, pero eso no debe desconocer el poder que tenemos guardado cada uno de forma individual. No importa si los llamas problemas, quiebres, retos, lo verdaderamente importante es el significado que esa palabra tiene para nosotros y como eso condiciona nuestras acciones.

No importa lo positivos que seas, si no estás dispuesto a actuar en ese mismo sentido para alcanzar lo que deseas. Te invito a que te reconcilies contigo mismo y aceptes la fuerza y el poder con el que naciste. Para algunos puede sonar muy loco, pero ¿Qué pierdes si lo intentas? Ya tienes mucha experiencia haciendo las cosas como las venias haciendo y no te quedará difícil volver a tu estado inicial. Atrévete y si te interesa conversar más a fondo, escríbeme.


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