El pasado miércoles cuando Juan Guaidó se juramentó como nuevo presidente de Venezuela, grandes medios de comunicación mundial informaron que Venezuela había amanecido con dos presidentes.
Muchos estimamos que desde que el presidente Maduro tomó el poder, éste país se matriculó con dos presidentes, pues uno dicta los decretos y el otro lo ejecuta. Para nadie es un secreto que el militar Diosdado Cabello, es quien ordena y Maduro solo ejecuta.
La noche en que finalizó las elecciones del 2013 en Venezuela se daba como ganador a Capriles, la misma noche Diosdado Cabello mediante comunicación estatal se dirigió al pueblo venezolano invitándolos a que salieran a las calles a protestar enérgicamente por el resultado de las elecciones, “porque la revolución bolivariana no debería de fallecer”.
Al amanecer el Concejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela dio como ganador a Nicolás Maduro. El pueblo que una noche antes era vencedor resultó siendo perdedor, lógicamente el pueblo salió a las calles a reclamar que le estaban vulnerando su voluntad. Leopoldo López y Capriles como cabecilla de la oposición se lanzaron a las calles a reclamar la voluntad de su pueblo.
Cabello que tras la muerte de Chávez aún guardaba el poder ejecutivo en Venezuela, por voluntad propia privó de la libertad a Leopoldo López “por intentar tomar el poder por las fuerzas”. Con este argumento injustificado, Leopoldo López ya superó el lustro en cautiverio.
La posesión de Maduro con presidente de este país, no ha calado con certeza en el mundo latinoamericano y en el norte de este continente. Este miércoles luego Juan Guaidó se autoproclamó como mandatario interino de Venezuela y desconoció la figura de Maduro, 13 países del continente suramericano lo aceptaron como el nuevo presidente de Venezuela, aun Luis Almagro, secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), también avaló a Guaidó como nuevo jefe del Estado venezolano.
La Unión Europea, por su parte, urgió el nuevo grito de la democracia venezolana pidiendo elecciones libres, sin llegarse a comprometer aceptando a Guaidó como presidente interino. Sin embargo, pide que de manera urgente se realice un proceso político que conduzca a unas elecciones libres y creíbles, de conformidad con el orden constitucional. Federica Mogherini jefe de la diplomacia europea manifestó que una nueva elección en Venezuela, no puede ser ignorada.
Entidades bancarias, como el Banco Interamericano de Desarrollo, también han expresado su interés de trabajar con Juan Guaidó.
La totalidad de los altos rangos militares que hoy se encuentran fuera del país, demostraron su inconformidad mediante cartas que desconocían a Maduro como su comandante y jefe, por lo contrario, se refirieron a Guaidó manifestándole un grito de “Ordene Usted Comandante”.
Según lo que ha de venir en Venezuela, la silla presidencial de Maduro ya no se encuentra atornillada como antes, cada día el inconformismo crece y debilita más el socialismo del siglo XXI, que ya se nota que día a día se le está cerrando el cerco en torno a su garganta. No, nos extrañe, que pronto tengamos un solo presidente de vecino, porque la silla de Maduro está enclenque y no resiste el peso de su ignorancia.