Con la ESE de corrupción

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Carlos Escobar de Andreis

Carlos Escobar de Andreis

Columna: Opinión

e-mail: calli51@hotmail.com


Alejandro Próspero Réverend nunca se imaginó que con su nombre afrancesado distinguirían muchos años después de su muerte la Empresa Social del Estado (ESE) que trata a “toda costa” de sobrevivir hoy en Santa Marta. Para quienes acaban de llegar, les cuento que este señor -médico de profesión- fue el encargado de cuidar la salud del Libertador Simón Bolívar desde cuando llegó todo achacado a la Quinta de San Pedro el 1º de diciembre de 1830. O sea, vino a morirse en sus brazos, porque lo recibió apenas dieciséis días antes de su fallecimiento, el 17 de diciembre de 1830.

La única prueba médica acerca de la enfermedad y muerte de Bolívar, está consignada en 33 boletines y protocolos de la autopsia redactados y firmados por Reverend. Dos boletines diarios que desataban la ansiedad y la ira de sus enemigos y colmaban la impaciencia con la esperanza del corazón de sus mejores amigos. Lo hizo sin remuneración. Sólo aceptando el encargo verbal que le diera el General Mariano Montilla hace casi 200 años. No había entonces “feria de contratos” ni “nóminas paralelas”.

En titular de primera página de El Informador se destaca que la “Junta directiva de la ESE sigue incapacitada” y, a renglón seguido, anota que “…Jairo Romo, su gerente encargado, aseguró que desde el 17 de diciembre, no ha podido empalmar su encargo, debido a la ausencia de cuatro funcionarios”. Misteriosas coincidencias, de fechas y procedimientos burocráticos, en dos párrafos cortos de bicentenaria historia patria, que nadie sabe cómo puedan terminar, debido a que el tiempo corre sin el menor asomo de solución.

Las ESEs -más no heces- constituyen una categoría especial de entidades públicas descentralizadas del orden municipal o distrital, dotadas de personería jurídica, patrimonio propio y autonomía administrativa que hace parte del Sistema General de Seguridad Social en Salud (SGSSS), que está sometida al régimen jurídico previsto en la Ley 100. Como su objeto es la prestación de los servicios de salud, la ESE samaria tiene como función principal la prestación de servicios de salud de primer nivel en promoción, prevención, tratamiento y rehabilitación a través de una red integrada por 25 a 27 puntos de atención, ubicados en zonas rural y urbana del Distrito de Santa Marta.

Sin mencionar el tamaño de su presupuesto anual, más de treinta mil millones de pesos, las declaraciones del médico Romo (también médico como Reverend), publicadas el miércoles 16 de enero de 2019, nos permiten deducir que esta empresa mueve copiosos e “interesantes” (como dirían los políticos) recursos de inversión y contratación que bien podrían convertirla en una empresa muy “atractiva” para los corruptos o como el mismo lo dice, “…en un riesgo para mi tranquilidad y mi vida, porque aquí hay unos negocios de miles de millones de pesos y muchos intereses políticos (…) que hacen que uno se tropiece con una infinidad de dificultades”.

Los samarios no queremos que, por la gravedad del paciente y sus tremendos achaques, la ESE se muera en sus manos, como Bolívar en manos de Reverend cuando apenas se ha publicado el primer boletín; que no se sepa de qué murió a pesar de la autopsia, quienes provocaron su muerte y la aceleraron, cuánto dinero se perdió y cuánto se robaron, quienes estaban detrás de los que se la robaron, qué hicieron las entidades de control del Estado para impedirlo, en qué quedaron las denuncias del alcalde, de los funcionarios y si se dieron o no las reacciones de los más afectados, el pueblo raso, único beneficiario de sus servicios.