Medidas mediáticas y tardías

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El pasado 8 de septiembre advertí en esta columna al ministro de Agricultura, el alto riesgo que representaba para la economía del país y los productores del campo, la llegada del fenómeno del Niño.

Pues, un periodo de sequía tan largo (desde el pasado 5 noviembre, hasta agosto del año entrante) y las altas temperaturas, traen como consecuencia la baja productividad, incendios forestales, racionamientos de agua y energía, siniestralidad de la cartera bancaria, alza en los precios de los alimentos y, por ende, una disparada de la inflación.

Esta semana, cien días después del pronóstico de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés), el ministerio de Agricultura, anunció unas medidas mediáticas y tardías, que apenas contribuyen a crear dependencias y perpetuar los problemas del agro.

De poco sirve seguir sacando líneas de créditos baratos si la mayoría de los ganaderos y agricultores no pueden acceder a financiación y los que pueden hacerlo, están endeudados hasta el tuétano. Cualquier crédito que se apruebe en esta fecha corre el riesgo de ser utilizado para un gasto distinto al de sembrar o construir un sistema de riego. De poco sirve subsidiar el 90% de la prima del seguro agropecuario, si las aseguradoras no le jalan a cubrir riesgos climáticos a cultivos que no cuenten con sistemas de riego. De poco sirve repartir pacas de heno a pequeños ganaderos, sin tener en cuenta la buena gestión de unos frente a la mala gestión de otros. No vale la pena perder tiempo y dinero en la adopción de estas medidas inspiradas en la ingenuidad y el desconocimiento.

Era mucho más fácil que el ministerio de Agricultura a través de Agrosavia o Acosemillas, pusiera a disposición de los ganaderos semillas de pastos con mayor rendimiento y contenido proteínico resistentes a la sequía. O reactivar con Fedegan el programa de semillas forrajeras para ofrecerle a los ganaderos de trópico bajo semillas de alta calidad importadas desde Brasil y certificadas por Embrapa, para incrementar la producción y productividad de carne y leche.

Era mucho más fácil implementar un plan de Reperfilamiento de deudas que cerrar el crédito en 64 oficinas del Banco Agrario del país (35 en la Región Caribe). Esta medida les hubiese permitido a los agricultores y ganaderos mejorar sus problemas de liquidez, evitar que fueran reportados negativamente en el sistema financiero y de paso disminuir la cartera vencida del Banco Agrario. La ineficiencia de esta entidad es tan grave que, a noviembre 30 de este año, la cartera agropecuaria alcanzó un nivel de vencimiento del 9.46% y los desembolsos presentaban un déficit de $876.000 millones frente a la meta establecida para este año.

El camino cómodo y simplista de contrarrestar la ineficiencia de nuestra agricultura no puede seguir siendo a través de subsidios. La solución está en eliminar las causas más profundas de la falta de rentabilidad y competitividad.

Tenía razón el expresidente de los Estados Unidos Dwight D. Eisenhower, al afirmar que “La agricultura se ve fácil cuando el arado es un lápiz y se está a mil millas del campo de maíz”.

Les deseo un feliz año nuevo.