La ciudadanía espera muchas más medidas

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Escrito por:

Jorge Giraldo Acevedo

Jorge Giraldo Acevedo

Columna: Opinión

e-mail: jgiraldoacevedo@yahoo.es



Es seguro que la mayoría de los colombianos y mucho más  los padres de familia que tenemos hijos en universidades públicas estamos de acuerdo en que el pacto logrado entre estudiantes y Gobierno sobre presupuesto de educación pública es trascendental.

Pero,  en forma sincera,  debemos afirmar que el actual Gobierno Nacional no obró oportunamente para evitar la pérdida  de más de 2 meses  de clases en las universidades estatales.

Fue insólito y hasta  negligente  que el gobierno no actuará en forma rápida para atender los  requerimientos económicos de los profesores y  estudiantes  universitarios.

Lo anterior lo demuestra el hecho que después de 10 protestas multitudinarias y más de 2 meses de paro el Gobierno Nacional por fín firmó un acuerdo económico que le  permitirá  a las  universidades estatales aumentar los recursos para la educación superior en más de 4,5 billones de pesos en los próximos cuatro años.

La situación es propicia para recordar la frase célebre del filófoso griego Zenón, quien aseveró,   “ninguna pérdida debe sernos más sensible  que la del tiempo, puesto que ésta si es irreparable”.

Ahora bien, después del acuerdo  del Gobierno en las universidades, la ciudadanía en general de Colombia ahora espera muchas  más medidas y que éstas se hagan efectivas en forma  rápida.

La verdad es que al  país,  de acuerdo a su situación  general,  lo vemos como  una nación cuyos habitantes se  encuentran cada día en peores condiciones  económicas.

Los  hacinamientos y  la  carencia  de  una  cabal  justicia  son el  pan  de  cada  día;  en las cárceles la  situación  es  como en la  canción de Celia  Cruz, “no hay cama  pa´ tanta  gente”  y en la justicia  los  procesos civiles, administrativos y penales  son tremendamente  demorados.

Son muchos los nacionales colombianos que  deben y tienen que  mendigar los servicios de salud  e incluso  se ven precisados a  hacer uso  de los derechos constitucionales  de  petición y hasta la tutela.

Esas situaciones y  otras más nos  demuestran,  en forma fehaciente,  que Colombia  es un país  con los más bajos índices de desigualdades económicas,  pésimas condiciones laborales y de seguridad social en  todos los aspectos, inseguridad ciudadana,  alarmante desempleo;  los  hacinamientos más graves ocurren en los  servicios de urgencias en las  EPS, en  el transporte bogotano de Transmilenio y en todas la cárceles de la nación.

En materia  de  trabajo  informal  el país  también  ocupa  un lugar preocupante porque una  población cercana al 50% en capacidad  para laborar  se dedica  a labores de  rebusque.