Una historia de horror con enormes consecuencias: Jamal Khashoggi

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El Pájaro de Perogrullo

El Pájaro de Perogrullo

Columna: Opinión

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Jamal Khashoggi estaba enamorado. Su devoción y amor por Hatice Cengiz lo obligó a ir al Consulado de Arabia Saudita en Turquía. Quería casarse y sólo le faltaba conseguir un documento para probar el divorcio de su primera esposa.
Así, conocedor de los riesgos que podrían existir, pero pensando que sería improbable un atentado contra su vida en Turquía, decidió ir al Consulado. Su novia lo llevó y se quedó afuera, en el carro, esperándolo. Una vez en el Consulado, empezó una historia de terror. No se sabe que pasó; el hecho es que Jamal Khashoggi murió.

Su novia, desesperada, les informó a las autoridades. Nadie le creyó inicialmente. Ante el evidente hecho de que Khashoggi no aparecía, se iniciaron las investigaciones. Se revelaron videos en los que Jamal Khashoggi entraba al Consulado. Se indica que el teléfono inteligente grabó el asesinato y que las autoridades turcas tienen las grabaciones. Los autores incluso trataron de hacer pasar a alguien, con la ropa de Khashoggi, como Khashoggi. Riad negó rotundamente el hecho, hasta que la contundencia de las pruebas lo dejó en evidencia. Finalmente, tuvieron que reconocer que se trató de un error.

Básicamente, que la situación se salió de control y que no se quería el resultado, sino que ocurrió. No obstante, todo indica que fue un asesinato premeditado. Un asesinato político por lo incómodo que podía resultar Jamal Khashoggi para el gobierno saudí.

Quince agentes saudíes se trasladaron a Turquía. Además, parece que la orden provino de una persona cercana al príncipe, vía Skype. Después del suceso, además trataron de esconder el cuerpo, que por esto fue descuartizado y las partes fueron desaparecidas por un colaborador local. Igualmente, se encontraron rastros del cuerpo en el Consulado. Suena a una historia de terror. Incluso se ha establecido que ocurrió una tortura previa al asesinato. No se sabe a ciencia cierta qué secretos sabía que fueren incómodos.

Lo cierto es que su presencia y criticismo al gobierno, en especial al príncipe Mohammed Bin Salman, se había convirtió en una piedra en el zapato y los intentos de contenerlo, negándolo espacios locales, no resultaron. De hecho, se convirtió en corresponsal de medios extranjeros. Se impuso un auto exilio, pues su presencia en Arabia Saudita era peligrosa para su seguridad. Como antesala a lo acontecido, Jamal Khashoggi fue muy cercano al régimen e incluso se dice que fue hasta agente secreto, incluso de la CIA.

También fue cercano a Osama Bin Laden, a quien entrevistó. Era pariente además de un multimillonario traficante de Armas. Creció en la riqueza y siempre fue cercano a la monarquía. Lo cierto es que el asesinato de Khashoggi va a tener profundas consecuencias a nivel político, diplomático y económico. En lo político, parecería que existen dos visiones respecto a los derechos humanos y hasta dónde puede llegar el Estado, pero estas visiones deben ser conciliadas y se deben guardar las formas internacionales para poder hacer negocios.

Por ello, el Gobierno Saudí hará todo lo posible para desligar el hecho de la monarquía y establecer que el asunto ocurrió por iniciativa de terceros. En ese esfuerzo, seguramente los Estados Unidos lo apoyará, al igual que otras potencias, lo cual, al final del día, es lo más conveniente.

No obstante, ocurrirán cambios también a nivel diplomático, seguramente, incluso, de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas y otras exigencias respecto a derechos humanos al Gobierno Saudí. Finalmente, en el tema económico, parte de las exigencias de Estados Unidos, muy seguramente para el “apoyo”, será la liberación de las cuotas petroleras y menos influencia de la OPEP en la formación del precio, puesto que la economía americana necesita (y le conviene) el petróleo barato. En síntesis, el mundo no será igual tras este aterrador asesinato.