Trump, un peligro universal (III)

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Oliverio del Villar Sierra

Oliverio del Villar Sierra

Columna: Trinchera

e-mail: samario1525@hotmail.com



El oro es hermoso, el oro da poder; quien tiene oro impone las reglas. Donald Trump. Entrevista en History Channel durante su campaña presidencial en 2016.

Por qué he de preocuparme por la ley, no tengo acaso ya el poder? Cornelius Vanderbilt
La avalancha o para ser más castizos, filológicos, gramaticales y lingüistas, la catajarria de denuncias, repudio, protestas, condenas contra “el loco de la Casa Blanca” no se detienen dado su aberrante ayer, su temido hoy y su peligroso mañana. Sale de una y entra en otra, a juzgar por la última de sus marramuncias -que “victoriosa” le resultó al contar con el apoyo del ‘gang’ senatorial republicano, al elegir a su “partner” de orgías, el sátiro Brett Cavanaugh, su “candidato estrella,” como juez de la Corte Suprema de EE.UU. a quien también se le sindica, no sólo de “lecher”, como su postulante Trump, sino además de “raper”. ¿Se puede imaginar el pudibundo lector, el desprestigio que tendría la Corte Suprema de Justicia de Burundi, Bostwana, Ruanda, Colombia, Sodoma o Gomorra con la pertenencia a tan alto Tribunal de un miembro sospechoso de ser un violador sexual postulado, además, por un cómpinche de bacanales rasputinescas?

“El loco de la Casa Blanca” parece no tener limitaciones ora lujuriosas, ya políticas. Enfrenta toda suerte de imputaciones concupiscentes de tres fogueadas fornicatrices a quienes sobornó ¡para comprar su silencio! con la bicoca de US$ cinco millones ¡cada una! provenientes de fondos públicos (¡delito federal!), quienes recibieron esa suma por parte de abogados “messengers” de Trump, pero que luego “le hicieron conejo” ¡PLOP! tirándolo al agua o como dicen los jurisperitos en Derecho Penal, sapeándolo… je… je… je… Y por estas desbraguetadas conductas está hasta el cogote con las autoridades federales. Es que como dice el sabio proverbio cienaguero: “El que a coito paga, a sexo muere”…

Además del brete judicial y constitucional en que está incurso, decenas de libros en su contra escritos por reputados analistas y famosos periodistas gringos denunciando sus pervertidas andanzas, sus pataletas guerreristas y sus berrinches psicóticos lo tienen ante el patíbulo del “impeachment”, pues tales procederes, sin antecedentes entre sus predecesores, dan para reabrir “Alcatraz” y “Greystone Park”.

Es que éste ‘lecher’ ha enjaulado a miles de niños secuestrándolos de sus padres ¡como Hitler!; se sabe ¡y se le investiga! por millonarios fraudes (lavado de dinero) junto con su ‘gang’ familiar ocultos en el Reino Unido, Holanda y Canadá denunciados nada menos que por ese monstruo mediático que es el “New York Time”. Y a lo anterior le sumamos la investigación que por “supuestos vínculos” con Putin en las pasadas elecciones para desprestigiar la candidatura de la Hillary Clinton, le sigue el Fiscal federal, Robert Mueller y pare de contar “por los momentos”…. ¡Mejor dicho, Chicho….!
Pero un inmenso tsunami de repudio mundial se ve venir contra éste Hitler reencarnado comenzando por su propio país, donde la Fiscalía federal y el FBI (!) lo acusan, rumbo a su inexorable “impeachment”, de numerosas marramuncias y ahora mismo (3 de octubre) por evasor de impuestos ¡el único delito por el que pudieron enguandocar -en Alcatraz- a Al Capone!, en tanto los medios de comunicación lo arrinconan implacables rumbo a su total desprestigio personal y a no dudarlo, éste bergante presidente gringo no saldrá por un “Watergate”, sino por un “shitculvert”, sólo que es cuestión de aguardar un poco.
Y un remate. La primera de las citas que preceden esta columna pinta de cuerpo entero un grotesco “Majo desnudo” y la despreciable índole imperialista, ambiciosa, avara, ruin y abominable del “loco de la Casa Blanca” ¡signada por su aurívora esencia demencial con sus propias palabras! lo que confirma el principio jurídico que reza: “A confesión de parte, relevo de pruebas”. Y la segunda de las citas parece que el miserable y arrogante magnate del transporte fluvial y los ferrocarriles gringos del siglo XIX, Cornelius Vanderbilt, la acuñó como soberbia consigna irrefutable de la autocracia absolutista, imperial, inhumana y dogmática de los mandamases millonarios gringos, como el actual “loco de la Casa Blanca”. Pero itero, como decían la abuelas: “Menos mal que va por poco”… ¡Póngale la firma!