Me atrevería a decir que desde el año 2002 el glorioso Unión Magdalena no lograba estremecer los corazones samarios con tan magna dicha y esperanza. El ciclón bananero ha despertado y está arrasando con lo que se interponga su camino, hacia su objetivo final, el anhelado ascenso.
Los que me conocen se preguntarán: ¡¿Qué carajos hace éste tipo escribiendo sobre el Unión Magdalena o algo relacionado con fútbol?! (Sic) Y tienen todas las razones para estar desconcertados, hasta yo estoy sorprendido. Sin embargo, después de analizar el devenir del glorioso “Ciclón”, estimulado por sus contundentes victorias, podrán observar que este histórico equipo no sólo despertó haciendo magia en la cancha, sino también incentivando a su vez la recuperación de la identidad samaria con pequeños detalles que hoy se encuentran en vía de extinción, y aunque parezcan insignificantes, nos hacen a los samarios inigualables: Lo bacano de entonar el himno de Santa Marta con profundo amor y respeto, cantar el pitán-pitán a grito herido con la sabrosura que nos caracteriza; comunicarse con la fresca jerga típica coloquial sin importar el interlocutor y sentir el pecho inflado de orgullo por haber nacido en la bahía más linda de América. Aquella bella bahía que alguna vez fue catalogada por los antiguos escribanos como la más bella de éste majestuoso continente, abandonada desde los años 90’s por la pésima gestión de sus gobernantes de turno, acompañada de la contaminación constante proliferada por el precario sitema de alcantarillado y tratamiento de aguas residuales, sumado a la indiferencia indolente de sus habitantes.
Hoy tengo el corazón lleno de sentimientos, ver el equipo de mi tierra luchando por el acenso me contagia el alma de dicha y hace que aumente la fe y la esperanza en el glorioso ciclón que tal vez empezaba a apaciguarse.
Es el momento de apoyar el equipo de la tierra, cuadro, el de tus viejos y mis viejos, en el que juegan nuestros amigos, familiares y vecinos; ésta es la oportunidad de estremecer el estadio “Sierra Nevada” con tanta pasión y amor por el equipo -gane o pierda- que cuando los jugadores y el cuerpo técnico pisen la cancha sientan esa emoción que despiertan en el pueblo samario.
¡El ciclón bananero ha resurgido y nada podrá detenerlo!
¡¿Qué esperas pa’ ponerte tu camisa del Unión y entonar los coros de la garra para apoyar al equipo mi llave?!