Silenciosa y grandiosa celebración

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Jairo Franco Salas

Jairo Franco Salas

Columna: Opinión

e-mail: jairofrancos@hotmail.com



La población sorda en Colombia celebra su semana internacional y el día internacional de la lengua de señas del 23 al 30 de septiembre. Unos los tildan de sordomudos, no lo son, son sordos que usan la lengua de señas; otros los compadecen, les dicen pobrecitos; estos términos los oyentes expresan porque los desconocen; se han enfocado en que una amistad, relación, solo puede ser auditiva y no es así. Surgen preguntas, recojo algunas. ¿Los sordos pueden hablar? Si, algunos, es el caso de mi profesor. ¿Ellos leen los labios? Sí, pero no todos; lo hacen con su familia. ¿Cómo me comunico con un sordo? Empezando, no tenerles miedo, acercarnos a ellos, no pongamos barreras, saludémoslos.

Las manos y sus gestos faciales son sus voces, logran nuevos espacios día a día; le corresponde al Estado les reconozcan sus derechos, buscan igualdad. Al respecto, es fundamental la inclusión para ellos; especialmente la educativa, como derecho; la que se les debe diseñar e implantar para su adecuado desarrollo y preparación laboral. La Declaración de Salamanca, España y Marco de Acción para las necesidades educativas especiales de la ONU – 1994, indica en su art. 21: Tener en cuenta que la lengua de señas es la lengua de los sordos; lo más conveniente es que se les imparta una educación en escuelas especiales. Colombia está obligada a aplicar la norma en referencia; aquí son piezas claves aquellos sordos adultos que fueron excluidos, ellos aportarán precisas políticas sobre educación, para que sean protagonistas en la formación que requiere esta comunidad; la participación en la sociedad de ellos a futuro será eficaz.

La población sorda encuentra respaldo jurídico en la ley 324 de 1996, reglamentada por el decreto 2369 de 1997. La Corte Constitucional, también entrega su aporte con la sentencia C-458 de 2015, para que se les llame personas con discapacidad auditiva y no descalificarlos. Como cualquiera otra lengua tiene su vocabulario, expresiones idiomáticas. Esta es una lengua visogestual, que debe preservarse y coexistir.

 En Colombia existen aproximadamente 50 institutos para sordos en la educación básica; las Universidades no ofrecen la misma oportunidad para que los niños sordos se capaciten. Corresponde al Estado en sus respectivos programas el acceso a la población sorda que se calcula es del 1% del país. A ellos debemos tenerlos paciencia y tolerancia, no verlos como extraños, es una limitación que también puede llegar a nosotros, de allí que preocupémonos por aprender algo de ese sensacional lenguaje y atenderlos en caso de una emergencia o mejor entablar una amistad.

 A toda la población con discapacidad auditiva, a Fenascol: “Federación Nacional de Sordos de Colombia”, desde esta columna periodística y este medio de comunicación, los felicitamos, les extendemos un cordial saludo, esperamos que esta semana cumplan las expectativas que se han trazado. Personalmente se los expresaré “traduciéndoles” este escrito; sé que muchos lo leerán.

En esta semana la población sorda colombiana se ha integrado, disfrutado y celebrado con múltiples actividades, obras de teatro donde ellos actúan y más, dándonos a entender que sus manos también hablan.



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