Al margen

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Carlos Escobar de Andreis

Carlos Escobar de Andreis

Columna: Opinión

e-mail: calli51@hotmail.com


Buena parte de su vida dedicada a convertir las sinuosidades de la vida en sutiles y voraces poemas de amor. A pintar realidades de formas y colores diversos, adversos, conversos y convexos. Sin parpadear. Echando mano siempre al lenguaje llano, claro y directo al alma.
Sin escalofríos. Sufriendo tal vez, en silencio, la necesidad de tener que despertar cada día con un nuevo sueño, un nuevo idilio, un nuevo fuego interno que calcina. Sin sobresaltos. Desgarrando de los sentimientos el placer de descubrir otras miradas y hurgar en lo más profundo de ese ser ansioso que la busca, la disfruta y la admira. Sin ataduras.

Esta es María Teresa Escobar De Andreis. Escueta. Nada la detiene en su sinuoso deseo por existir y escribir, escribir y existir. Sin tener que detenerse en la preocupación de agradar a quien con su poesía. Libre como el viento. Nunca deja de sorprendernos con su canto poético, no solo un lamento. Abundante e inagotable. Transgredió el modelo de acomodar palabras en simétricas rimas de antiguos versos y sonetos. Bulliciosa y sonora. Se bate contra los esquemas de la tradición, buscado en todo momento hundir su daga en el corazón de quienes logran acceder, así sea tímidamente, a sus encantadores desafíos. Fríos y punzantes.

No se deja medir con casuísticas vanidades. Eludible. Evita el maltrato y las estropeaduras de la crítica literaria. Impotable. Sabe bien de su trabajo, de sus efectos demoledores y de su impetuoso coraje. Imperturbable. Evade elogios necios. Solo la engolosina la urdimbre de su tejido imperfecto, mientras descarga copiosas emociones de tinta fugaz sobre el papel bond. La coma, el punto aparte, las tildes y el diptongo no la traicionan. Inconmovible. Así es su poesía y así son los danzantes matices de erotismo-incredulidad-pasión-mordacidad-impudicia-creación que a veces se revelan y a veces explotan en ella. Intensos.

“Al margen” es la publicación con la que María Margarita Delgado Campo y Rosalba Rodríguez de la Sierra Escobar, cual mecenas, quisieron calladamente homenajear el trabajo poético de María Teresa. La sorpresa. Ya se había descorrido el velo de la noche tibia y el parche que la obliga a mirar solo una vez su mejor suerte, en pijama, frente a frente consigo misma en letras de molde y un grupo de amigos ansiosos por vivir el momento de la entrega. El encuentro. Ochenta y un poemas de carne y hueso para tenerlos y acariciarlos solo por un rato para luego soltarlos hasta perderles la pista, porque “la poesía no se vende, se regala“. El regocijo.

Se lució Ediciones Exilio. Hernán Vargascarreño también se lució como su cultor y cuidador. La foto de la solapa y caratula impregnadas de naranja con un hermoso detalle de una pintura de Gustav Klimt, escogidas mágicamente como única vía para navegar y disfrutar a tientas en el incierto mundo de las imágenes que muestran “Secreto, Miedo, Desconocida, Agitada, Implacable, Quieta, Agazapada, Santa Mujer, Soy Ángel, Siempre al Margen, Condenada, Indómita y…El Mar, el mar, el mar” que nos muestra “los dientes con que Dios nos enseña a mordisquear el placer sin remordimiento…”
Será presentado el día jueves 13 a las 6 y 30 en el salón Madre Margoth Dávila del Claustro San Juan Nepomuceno de la carrera segunda en Santa Marta. Un viaje sin fin, sin derroteros, mapas ni brújula por ese extraño y apasionante mundo de los ensueños y las fantasías de una poeta febril que le saca el máximo provecho a la segunda vida que no ha terminado de vivir, porque como bien lo dice: “Yo ya morí una vez”.