El gobierno de las Amazonas

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Escrito por:

Germán Vives Franco

Germán Vives Franco

Columna: Opinión

e-mail: vivesg@yahoo.com



El gabinete de arranque de Duque en términos generales está conformado por personas de reconocida competencia en sus sectores.  Puede decirse que está conformado por tecnócratas, y vamos a ver si esto resulta.  Es muy alentador que haya un buen número de mujeres en carteras importantes, y esto es inédito en el país.  Vamos a ver si las Amazonas son capaces de hacer lo que los Amazonos no han podido.

En general, para ser un ministro exitoso, la competencia técnica no es suficiente, ya que estas son posiciones políticas cuya esencia es ser el vaso comunicante de la agenda presidencial con el Congreso, los entes territoriales y la comunidad.  En síntesis, un ministro debe descollar como comunicador persuasivo y un excelente don de gentes, y todo esto apalancado en la credibilidad que le da su competentica técnica. 

Dos nombramientos me causan escepticismo.  El de Botero al frente del ministerio de defensa y el de Carrasquilla en el de hacienda.  El primero, solo es entendible como un pago a la lealtad incuestionable a Uribe y como un parte de tranquilidad a la clase empresarial de que el gobierno Duque protegerá celosamente sus intereses.  Botero no tiene el perfil psicológico requerido para este cargo tan importante.  Es un hombre adicto al protagonismo y a los micrófonos.  Desde los tiempos de Pretel, cuando la prensa necesitaba alguna declaración por absurda que fuera, la persona era Pretel a punto tal que le decían Babas Pretel.  Tradición que continuó Botero, y es que eran líderes de un gremio que toca lo divino y lo humano. 

Me parece que el perfil de un ministro de defensa es de resultados y silencio.  No habían terminado de nombrarlo, cuando ya estaba haciendo desafortunadas declaraciones que generaron reacciones negativas.  El como abogado debería saber que la protesta no necesita ser regulada porque ya está regulada.  Para eso están el Código Penal y el mandato legal a las autoridades de defender los bienes y la vida de las personas.  Es cierto que por ser el líder de los comerciantes, vio como los intereses de estos se afectan cada vez que a alguien se le da por salir a protestar.  Las protestas sociales no deberían ser el tema prioritario de un ministro de defensa en un país como Colombia.  Está meando fuera del tiesto, y no le auguro larga vida como ministro.  Difícil que este locuaz personaje que gane el respeto y afecto de los militares.  Si había que recompensarle su lealtad, estoy seguro que algún otro puesto le hubiera calado.  El nombramiento no se compadece con lo dicho por Duque en el sentido de que la seguridad seria su primera prioridad.  Aquí hay veo inconsistencia.  Duque está todavía a tiempo de cambiar de parecer.

Por el lado de Carrasquilla, es un hombre demasiado ortodoxo, acartonado y sico rígido que es garantía de Colombia hacia afuera pero no dentro de Colombia.  Va a hacer lo mismo que han hecho sus antecesores que es estrangular a los colombianos para mantener una percepción favorable de los entes crediticios.  Dista de ser el timonel que necesita la economía del país en estos momentos.  Se necesita un timonel igualmente preparado pero con una filosofía y enfoque distinto.  Da la casualidad que todos los ministros de hacienda hasta la fecha han sido gobiernistas y centristas, en el sentido de que su preocupación principal es conseguirle los recursos al gobierno sin parar mientes en que tal vez el enfoque es conseguirle recurso a los empresarios grandes, medianos y pequeños de todos los sectores para que generen empleo de calidad, modernicen sus empresas invirtiendo en tecnología y en mejorar su talento humano.  Este es un chip muy diferente al que tiene Carrasquilla, cuya filosofía de favorecimiento del empresario involucra un detrimento de los trabajadores; es un economista obsesionado con los costos, cuando necesitamos uno obsesionado con la productividad.  Si dura los cuatro años, es dudoso que el país productivo reciba los estímulos adecuados para su fortalecimiento, y si lo hace, es dudoso que se haga de forma tal que la clase trabajadora participe y se beneficie de los logros.  Sin embargo, darles a ambos ministros un compás de espera.  De pronto nos sorprenden, como lo hizo presidente saliente.