El presidente cocalero

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Escrito por:

Germán Vives Franco

Germán Vives Franco

Columna: Opinión

e-mail: vivesg@yahoo.com



El presidente cocalero, quizás este es el título que mejor le sienta al saliente presidente Santos.  El Nobel de Paz, el presidente de la paz, nos deja Colombia invadida de Coca, que es la gasolina de la violencia en Colombia; es decir, como para que la violencia en Colombia no acabe nunca.

Desde que tomó las riendas, lo único en que se le ha escuchado coherencia es en decir que la guerra contra los narcóticos se perdió y que hay que legalizarlos, y que mientras los otros consuman nosotros produciremos.

Intuyó que en su papel de jugador de póker, decidió dejar que el problema de los narcóticos se desbordara en Colombia para presionar la legalización mundial y decir que la represión no funciona.  Lo único que se le olvidó es que en el concierto mundial Santos no aparece en el mapa ni siquiera con Nobel en mano.

Afortunadamente, ya se va.  La guerra contra los narcóticos sencillamente no puede perderse, o por lo menos Colombia no puede perderla.  Para que haya claridad de cómo es la cosa en los Estados Unidos, algunos estados han legalizado la marihuana, pero paren de contar.  En la mentalidad de muchos americanos, la marihuana no es droga.  Sin embargo, todavía es un delito federal, y ni que decir que desde que legalizaron la marihuana, los accidentes fatales automovilísticos han aumentado dramáticamente.  El consume de cocaína o de otros psicotrópicos está lejos de ser legalizado en los Estados Unidos, si es que alguna vez lo hacen.

La razón fundamental por la cual no se puede perder esta guerra, es porque  equivaldría a perder a nuestra juventud y a toda la juventud del mundo.  Es un imperativo moral ganarla a como dé lugar.  En Colombia tenemos que ganarla para además avanzar en la solución de nuestros conflictos internos.

Si la represión no funcionara, China, Singapur, entre otros, tendrían problemas de consume o producción, y no los tienen.  En Colombia jamás hemos ido suficientemente lejos con respecto a las medidas represivas.  En parte porque a diferencia de los países mencionados, los cuales tienen regímenes autoritarios, en Colombia el supuesto respeto por los derechos humanos nos lo impide.  De hecho, la supuesta protección de los derechos humanos nos ha hecho caminar en el camino equivocado, como por ejemplo dosis mínima.

Es increíble que se llame a una consulta inservible contra la corrupción, o se pida la cadena perpetua para los violadores de niños, pero que nadie se inmute ante un problema que lleva décadas destruyéndonos como es el narcotráfico.  No veo a nadie pidiendo cadena perpetua para los mafiosos, aunque debería ser pena de muerte que es lo que se merecen para que medio paguen el mal que le hacen a la humanidad.  No hay debates acalorados en el Congreso y ni siquiera la Iglesia Católica dice nada.  ¿Por qué callan todos?  ¿Será que estamos tan grave de valores que todo nos parece normal?

En un país cuya relajación moral nos está saliendo costosa.  Las corruptas altas cortes se vanaglorian de acoger las últimas tendencias mundiales, mientras que de manera sistemática destruyen la fibra moral de nuestra sociedad.  Necesitamos magistrados en las altas cortes de corte conservador que respeten las tradiciones y los valores.  Como sigamos con este relajo, nada bueno nos depara el futuro.

Se enfada Santos porque el principal socio de Colombia dice que el crecimiento de los cultivos de coca es inaceptable.  Sí que lo es.  Santos no tiene excusas, ya que el área cultivada se había reducido dramáticamente y con tendencia descendente hasta el día aciago en que él llegó a la presidencia.  Santos es el único responsable de la explosión del narcotráfico en Colombia.  Deberían quitarle la visa de entrada a los Estados Unidos porque ha sido un presidente enemigo.  Es un presidente solo apto para sociedades en franca decadencia.

PS: No pierda su tiempo saliendo a votar la consulta anticorrupción, la cual no resuelve nada.  Eso es buscar la fiebre en las sabanas.  De hecho hacer la consulta y gastarse los recursos que no tenemos haciéndola, es corrupción. ! Estamos jodidos con los faros morales que tenemos!