La muerte inesperada del “Turco” Rubén Deibe, abogado de los goleadores que en el futbol no metían goles hasta el día en que los metían, apasionado activista de los temas patrimoniales y culturales de Santa Marta, en ocasiones más que un mismo samario, argentino de origen pero comedor de “cayeye” domiciliado en El Rodadero, me conmovió no solamente a mí sino a todos quienes le conocimos y le frecuentamos.
No exagero si digo que a los fanáticos viejos del Unión Magdalena, les duele con intensidad la muerte de “el Turco”. Su partida hace que el viento samario, o , mejor “la loca”, sople ahora bajita y gima más de lo habitual por entre las gradas del añoso Estadio Eduardo Santos de los sesenta que ahora es todo melancolía… Melancolía porque hay personas tan unidas indisolublemente a la ciudad, que a la ciudad misma; es decir, a nosotros, nos duele separarnos de ellas…
En El Rodadero, era de lo más habitual, toparse uno con “el Turco” más de una vez al día sin haber dejado de ser nunca la misma persona: el Padrino del Pibe, al punto de que ahora muerto, nos hace pensar que sigue vivo, eternamente vestido de azul y rojo…Eternamente vestido de Unión Magdalena, como si las leyes físicas del tiempo y del espacio allí no existieran…fiel al mismo mar de siempre, o encontrarlo en su restaurante conversando como cualquier samario amigo…como cuando una vez, con mis hijos aún pequeños, lo visitamos y de tanto hablar de fútbol dejamos inconclusa una charla que no terminó nunca…Y cómo le gustaba le hablara del poema de Walter Saavedra que, a sudor de camiseta, mal recitada por mí e inconclusa porque no me la sabía por completo, parecía hacerle vivir de nuevo la fiesta del futbol cuando le decía:
“Cómo vas a saber lo que es el amor si nunca te hiciste hincha de un club.
Cómo vas a saber lo que es el dolor si jamás el zaguero te rompió la tibia y el peroné y estuviste en una barrera y la pelota te pegó justo ahí.
Cómo vas a saber lo que es el placer si nunca diste una vuelta olímpica de visitante.
Cómo vas a saber lo que es el cariño si nunca la acariciaste de chanfle entrándole con el revés del pie para dejarla jadeando bajo la red.
Escúchame… cómo vas a saber lo que es la solidaridad si jamás saliste a dar la cara por un compañero golpeado desde atrás.
Cómo vas a saber lo que es la poesía si jamás tiraste una gambeta.
Cómo vas a saber lo que es la humillación si jamás te metieron un caño.
Cómo vas a saber lo que es la amistad si nunca devolviste una pared.
Cómo vas a saber lo que es el pánico, si nunca te sorprendieron mal parado en un contragolpe.
Cómo vas a saber lo que es morir un poco si jamás fuiste a buscar la pelota dentro del arco.
Decime viejo… cómo vas a saber lo que es la soledad si jamás te paraste bajo los tres palos a 12 pasos de uno que te quería fusilar y terminar con tus esperanzas”…
Poesía que parecía haber sido escrito para él y para todos los hinchas del Unión Magdalena más allá de las últimas catástrofes deportivas de los últimos años…”Turco”, la ciudad irá en ti siempre…Vagarás por sus mismas calles y nunca te harás viejo en ellas aunque en estas encaneciste joven aún a los 89…
Por la raya de la punta derecha, con talento y virtud, “el Turco” nunca renunció al pundonor ni al amor por una camiseta que defendió con lealtad en el ideal de unos fanáticos que después de querer a su madre, se mataban por el amor al Unión, drama de cada domingo, desmesura de madrazo al equipo contrario, batalla de goles para ganarle a la misma vida.
Santa Marta fue sin duda la ciudad que con el alma más quiso “el Turco” por el azul de su su mar, la única ciudad del mundo en que el mar es el cielo…
La muerte inesperada del “Turco” Rubén Deibe, abogado de los goleadores que en el futbol no metían goles hasta el día en que los metían, apasionado activista de los temas patrimoniales y culturales de Santa Marta, en ocasiones más que un mismo samario, argentino de origen pero comedor de “cayeye” domiciliado en El Rodadero, me conmovió no solamente a mí sino a todos quienes le conocimos y le frecuentamos.No exagero si digo que a los fanáticos viejos del Unión Magdalena, les duele con intensidad la muerte de “el Turco”. Su partida hace que el viento samario, o , mejor “la loca”, sople ahora bajita y gima más de lo habitual por entre las gradas del añoso Estadio Eduardo Santos de los sesenta que ahora es todo melancolía… Melancolía porque hay personas tan unidas indisolublemente a la ciudad, que a la ciudad misma; es decir, a nosotros, nos duele separarnos de ellas… En El Rodadero, era de lo más habitual, toparse uno con “el Turco” más de una vez al día sin haber dejado de ser nunca la misma persona: el Padrino del Pibe, al punto de que ahora muerto, nos hace pensar que sigue vivo, eternamente vestido de azul y rojo…Eternamente vestido de Unión Magdalena, como si las leyes físicas del tiempo y del espacio allí no existieran…fiel al mismo mar de siempre, o encontrarlo en su restaurante conversando como cualquier samario amigo…como cuando una vez, con mis hijos aún pequeños, lo visitamos y de tanto hablar de fútbol dejamos inconclusa una charla que no terminó nunca…Y cómo le gustaba le hablara del poema de Walter Saavedra que, a sudor de camiseta, mal recitada por mí e inconclusa porque no me la sabía por completo, parecía hacerle vivir de nuevo la fiesta del futbol cuando le decía:“Cómo vas a saber lo que es el amor si nunca te hiciste hincha de un club.Cómo vas a saber lo que es el dolor si jamás el zaguero te rompió la tibia y el peroné y estuviste en una barrera y la pelota te pegó justo ahí.Cómo vas a saber lo que es el placer si nunca diste una vuelta olímpica de visitante.Cómo vas a saber lo que es el cariño si nunca la acariciaste de chanfle entrándole con el revés del pie para dejarla jadeando bajo la red.Escúchame… cómo vas a saber lo que es la solidaridad si jamás saliste a dar la cara por un compañero golpeado desde atrás.Cómo vas a saber lo que es la poesía si jamás tiraste una gambeta.Cómo vas a saber lo que es la humillación si jamás te metieron un caño.Cómo vas a saber lo que es la amistad si nunca devolviste una pared. Cómo vas a saber lo que es el pánico, si nunca te sorprendieron mal parado en un contragolpe.Cómo vas a saber lo que es morir un poco si jamás fuiste a buscar la pelota dentro del arco.Decime viejo… cómo vas a saber lo que es la soledad si jamás te paraste bajo los tres palos a 12 pasos de uno que te quería fusilar y terminar con tus esperanzas”…Poesía que parecía haber sido escrito para él y para todos los hinchas del Unión Magdalena más allá de las últimas catástrofes deportivas de los últimos años…”Turco”, la ciudad irá en ti siempre…Vagarás por sus mismas calles y nunca te harás viejo en ellas aunque en estas encaneciste joven aún a los 89…Por la raya de la punta derecha, con talento y virtud, “el Turco” nunca renunció al pundonor ni al amor por una camiseta que defendió con lealtad en el ideal de unos fanáticos que después de querer a su madre, se mataban por el amor al Unión, drama de cada domingo, desmesura de madrazo al equipo contrario, batalla de goles para ganarle a la misma vida.Santa Marta fue sin duda la ciudad que con el alma más quiso “el Turco” por el azul de su su mar, la única ciudad del mundo en que el mar es el cielo…