La plata corrompe

Columnas de Opinión
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Escrito por:

José Lopez Hurtado

José Lopez Hurtado

Columna: Opinión

e-mail: joselopezhurtado13@yahoo.es



Los científicos no han avanzado mucho en el estudio de ciertos genes que se transmiten de generación en generación en algunas familias. La "matica" da de todo y es mejor, aconsejaba un ilustre e inolvidable Maestro de Derecho de la Universidad del Cauca, no hurgar tanto en el árbol genealógico sobre todo por parte de quienes aún se creen descendientes de alguna realeza olvidada, porque podían llevarse profundas decepciones o vergüenzas. Secretos de la genética.

Demencias, vicios, enfermedades, aún inexplicables que saltan, con alguna frecuencia de abuelos a nietos. Es probable que algún día la ciencia pueda explicarlo total y satisfactoriamente. Lo de los Moreno en Bogotá, es un típico ejemplo de cómo el diablillo juguetón de alguna oscura tara, les sigue jugando una mala pasada, en la que han quedado irremediablemente atrapados.

Hace medio siglo ésa familia estaba escribiendo otra triste historia de desfalcos, abusos y corrupción. Mediante el Decreto 0981 de 1957, de 21 de mayo, exactamente once días después de caer la dictadura, se creó la Comisión Nacional de Instrucción Criminal, órgano encargado de investigar los negociados del Presidente Gustavo Rojas Pinilla y de su entorno familiar.

Por entonces dice la historia patria, en el periódico El Independiente, que reemplazó a El Espectador, clausurado por orden de la dictadura, Gabriel Cano Villegas sostenía. "A Rojas no se lo derrocó ni por conservador, ni por militar, sino sencillamente por negociante ("El Presidente negociante").

La investigación contra Rojas se basó en tres pilares, abuso de autoridad, indignidad por mala conducta y libertades arbitrarias Dos mil terneros tumbaron a Rojas, llegó a decirse con un ácido humor negro, cuando se comprobó la ilegal importación que hizo de los semovientes.

Pero no, lo que más pesó en la pérdida perpetua (¡)de sus derechos políticos y en la declaratoria de Indignidad por parte del Congreso de la República, fue el exagerado incremento, injustificado además, del patrimonio de la familia de Rojas, atesorado por elevados préstamos bancarios, valiéndose de su influencia como primer mandatario.

En cuatro años los tres hijos del dictador, Gustavo, María Eugenia y Carlos, aparecieron con un abultado patrimonio injustificado, del que carecían cuando Rojas asumió la Presidencia. También hubo comisiones por contratos que favorecieron a su yerno, Samuel Moreno Díaz.

Esa obscura historia de nuestro pasado reciente se ha recordado por estos días ya que existen muchas afinidades con los episodios protagonizados cincuenta años después por sus nietos en el carrusel de la contratación de los "jóvenes emprendedores" Nule.

Pero también para enfatizar que nada queda oculto y que tarde o temprano la justicia brillará, particularmente ahora, que los Altos Tribunales de la justicia colombiana, la Fiscalía y la Contraloría General de la República, como lo hemos sostenido, están decididos a llevar a los maleantes a la cárcel, particularmente a aquellos que no respetan la plata de todos los colombianos, que les ha sido confiada para su recta administración, custodia e inversión.