Conciencia de un ciudadano ejemplar

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Jairo Franco Salas

Jairo Franco Salas

Columna: Opinión

e-mail: jairofrancos@hotmail.com



El ciudadano ejemplar es aquel que desarrolla capacidades que florecen después de un contacto serio con las humanidades; toda vez que éstas facultan al ser humano para fortalecer su pensamiento crítico y poder de análisis; su imaginación narrativa, respeto por la diversidad, comprensión por lo minoritario, sensibilidad artística, inteligencia lingüística, interpersonal e histórica.
El ciudadano ejemplar resultará del mejorar día a día su calidad de vida y comportamiento, avanzando en una ruta hacia la superación de la pobreza de espíritu y condiciones malsanas en su entorno, creando un plan estructurado que genere oportunidades, fomentando optimismo y contribuyendo al tejido social y así fortalecer el proyecto con claros criterios equitativos y de inclusión. El ciudadano ejemplar se expande y apoya la creación de una sociedad también ejemplar; eso se logra articulando pedagogías en defensa de las humanidades y su incorporación en currículos educativos; solo así podrá ocupar lugares privilegiados en procesos formativos.

Los ejemplos anteriores invitan al colectivo social, que es la extensión del individuo a compartir la apatía y el individualismo extremo, la mercantilización de la vida social, el utilitarismo educativo y la corrupción política; cuando se vencen todos estos obstáculos se construye un horizonte civil, pujante, mas diáfano, próspero y futurista; estas son iniciativas que buscan ofrecer soluciones a problemas globales. Para lograr estos objetivos, la actual sociedad que actúa en forma desordenada, caótica, debe incorporar modificaciones a su manera de pensar y actuar, trazando el camino para mejorar sus condiciones de vida.

¿Cómo lograr estos propósitos? La mejor forma de alcanzar resultados proactivos y benéficos con relación a estas metas, es asumir una rigurosa planeación y un constante trabajo en equipo; mantener el compromiso de mejorar la calidad de vida y no desvirtuar la posibilidad de llevar bienestar a nuestros congéneres. Lo más importante es cumplir una proyección que visione el futuro: Uno es lo que se propone, no hay que olvidar que la cultura de hábitos individuales es la conciencia social; este proceso consolidará con legitimidad la decisión ciudadana que debe llevarse a cabo con dedicación, vocación y entrega; una autentica labor ética y compromiso constante y continuo.

Los ciudadanos ejemplares estamos obligados a sellar un pacto de unidad, en lo posible con gran vitalidad y entusiasmo; propiciando así una sociedad ejemplar que avance a buen ritmo, destacándose por indicadores relacionados con la dimensión de la pobreza; para ello, debe inclinarse por un gobierno social que concentre sus esfuerzos, la implementación de programas y estrategias que solucionen las condiciones socioeconómicas que más afectan y no dan espera. Esa sociedad debe ser productiva, competitiva y equilibrada, cumpliendo acciones orientadas a fortalecer las condiciones de vida. Por estas razones desde la política, se debe procurar la consolidación de espacios democráticos y participativos; generar atención a la minoría y el legado, mediante una política pública.

Todos bajo un solo propósito, aunados en una sola iniciativa, con gran dinámica de reactivación, estamos obligador a tejer una sociedad que construya un nuevo futuro, que incentive la adopción de valores que se han perdido, la convivencia pacífica que promueva equidad.

Es indudable que existen comunidades más educadas que otras, poblaciones que sobresalen por sus hábitos saludables, que perpetúan. Esto se concebirá a través de campañas de socialización que deberán generar comportamientos responsables; un cambio de actitud y un sentido de pertenencia; de esta manera forjaremos cultura de la legalidad, que dignifica la vida de líderes comunitarios y la sociedad en general.