Economía y elecciones; guías para una mejor decisión

Columnas de Opinión
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Aunque el primer semestre del 2018 podría ser afectado por la incertidumbre que generan las próximas elecciones presidenciales en los inversionistas nacionales e internacionales, no se prevé un naufragio de nuestra economía; el impulso que dieron las exportaciones al finalizar el 2017 sumado al buen comportamiento en los precios internacionales del petróleo, la solidez del sistema financiero y el comportamiento positivo de sectores como el agroindustrial y el turístico así lo anticipan.

Considerando ahora las proyecciones de lo que nos espera en materia de crecimiento económico, el Banco de la República fijó en 2.7% el indicador para el presente año, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) consideró un 2.6%, El Fondo Monetario Internacional proyectó una cifra de crecimiento para Colombia entre el 2.8% y el 3% y el Banco Mundial la aumentó de un 2.6 % al 2.9%, cifras que presagian un mejor desempeño de nuestra economía para el 2018, impulsado en primera instancia por el consumo en los hogares y el crecimiento de las exportaciones.

Lo anterior indica que no estamos y no vamos a entrar en una recesión, pero para la próxima elección presidencial es necesario revisar las propuestas de los candidatos y la viabilidad de sus proyectos de gobierno; avisorar los efectos que tendrían los planes sobre las actividades en las cuales los ciudadanos reciben sus ingresos, es un punto que no debe perderse de vista y desde otra perspectiva  analizar detalladamente las factibles reformas tributaria y pensional.

En ese mismo sentido el análisis de las propuestas económicas de los candidatos, por parte de los electores, debe incluir temas como inversión en infraestructura, educación, salud y seguridad; el abordaje de los problemas macroeconómicos como lo son los planes para mejorar los resultados en productividad, desempleo y políticas para controlar la inflación e igualmente sus propuestas para enfrentar decididamente la corrupción,  generador del atraso en el desarrollo del país.

Y es que el tema de la corrupción debe merecer un análisis profundo por parte del elector, ya que en nuestro país se ha convertido en un problema sistemático que genera un impacto negativo sobre el presupuesto nacional, afectando directamente a las inversiones en educación, salud, empleo y seguridad ciudadana.

Igualmente debemos incluir en el análisis, antes de tomar la decisión del voto,  temas como una mejor distribución del ingreso para aliviar la pobreza y políticas de seguridad que generen confianza a los inversionistas y a la sociedad en general,  tanto en zonas rurales como urbanas.

En conclusión al momento de votar los ciudadanos deben elegir a aquel aspirante que cuente con la capacidad de:

  1. 1. Combatir abiertamente la corrupción sin miramientos ni sesgos políticos.
  2. 2. Estabilizar macroeconómicamente el país.
  3. 3. Garantizar la seguridad tanto en zonas rurales como urbanas.

Para lo anterior debemos estudiar muy bien las propuestas de los candidatos y de esta manera seguramente tomaremos la mejor decisión.