¿Crisis ahora?

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Cecilia Lopez Montaño

Cecilia Lopez Montaño

Columnista Invitada

e-mail: cecilia@cecilialopez.com



La crisis del liberalismo empezó hace mucho tiempo, pero su etapa más cruel data desde 2006 cuando César Gaviria resolvió adueñarse del partido. También para información del país, muchos, si no todos los que le están declarando la guerra ahora a Gaviria, fueron quienes le apoyaron muchas de sus arbitrariedades con otros miembros del partido, sencillamente porque se favorecían con sus juegos de poder. Por ejemplo, Galán, que era su niño consentido, abandonó su posición frente al Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, dejando abandonada la ponencia que exigía mayor cuidado por los daños que causaría a los productores campesinos y a los pequeños industriales, cuando Gaviria le dio la orden.

Serpa papá, no ha hecho sino apoyar ciegamente a Gaviria, hasta que se la hizo y le tocó renunciar a medias a su curul porque su hijo supuestamente lo va a reemplazar. Pero cuando Gaviria impuso a Pardo a costa de muchos en la candidatura del Partido Liberal en 2006, ni Galán, ni Serpa ni Cristo dijeron una sola palabra. Por eso esa crisis actual es simplemente motivada por razones personales y no por la defensa de un pobre partido que está lleno de corruptos o de oportunistas que protestan solo cuando les tocan sus interese personales.

Ahora que se le están cayendo los figurones a ese partido, como es el caso de Ashton, todos estos y otros personajes se rajan las vestiduras cuando admitieron, apoyaron y aplaudieron políticos como Ashton, sin tomarse la molestia de entender los caminos por los que transitaban. A este tipo de individuos, el partido con Gaviria a la cabeza, sí les soltaba las comisiones económicas, cuando a los que sí sabían de ese tema los mandaban a las peores Comisiones del Senado.
¿Pero alguien le está pidiendo cuentas a César Gaviria por haber acogido y aplaudido muchos personajes hoy en la picota pública? Ninguno de los que hoy tardíamente se rebelan contra él, dijeron media palabra cuando individuos curiosos, por decir lo menos, eran los consentidos del presidente del partido. Y menos aún musitaban palabra, cuando Gaviria hacía de las suyas con personajes decentes del partido a quienes el como jefe, les habría y les cerraba puertas cuando le convenía.

Por éstas y muchas otras razones produce simplemente una sonrisa la supuesta crisis actual del Liberalismo. Además, por qué reeligieron a Gaviria presidente del partido. Seguramente porque estaban convencidos que este extraño personaje les iba a seguir siendo fiel. Pero ingenuidad en políticos curtidos es inaceptable de manera que el pecado de quienes hoy se le rebelan a Gaviria, es que solo cuando les ha afectado directamente sus intereses personales es que se dan cuenta de todas las arbitrariedades de este ex presidente. Bien hecho lo que les pasa por haber dejado solas a muchas víctimas de las pasiones de Gaviria. Se sienten muy maltratados por él, pero jamás evitaron que el maltratara a otros.