Una fétida y asquerosa cloaca administrativa llamada Colombia

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Escrito por:

José Noriega

José Noriega

Columna: Opinión

e-mail: jmartinnoriega@hotmail.com



"Si no peleas para acabar con la corrupción y la podredumbre, acabarás formando parte de ella". Joan Báez. Cantante estadounidense.

En los últimos días el país ha sido testigo de una cantidad de porquerías e inmundicias que se han venido conociendo sobre comportamientos excretantes de parte de algunos encopetados compatriotas que a través de los años han socavado los más elementales principios de honestidad y pulcritud y aún sintiéndose acorralados y en la sin- salida quieren enlodar a otras personas o darse golpes de pecho para pretender mostrarse como unos inmaculados, cuando bien sabemos que se han portado como cualquier rata de alcantarilla.

Creíamos los colombianos que el asombro había impuesto récord de aplicación en nuestra imagen, pero que va, la imaginación ha sido superada con creces por la realidad por cuenta de algunos bandidos fatuos que hurgando en las más altas esferas gubernamentales y del poder político, se convirtieron, de la noche a la mañana, en los oráculos de la economía y mandaban a sus anchas en las tertulias y cocteles de una clase política fétida y corrupta.

No es sino que revisemos los más recientes acontecimientos acaecidos en esta Bananas Repúblicas y sentimos que las ganas de vomitar superan nuestros deseos y debemos espetar, no sin antes sonrojarnos, toda clase de epítetos para tanto cleptócrata que pulula por estas latitudes y gritamos a voz en cuello, así sea para adentro, que ya va siendo hora de que todas esas sabandijas sociales queden a buen recaudo por parte de las autoridades y purguen sus culpas como debe ser, sin ningún tipo de beneficio adicional, habida cuenta el catedralicio e inmenso daño que le han hecho a la patria.

Los apóstoles de la contratación en Colombia, -aunque apenas se viene destapado lo de Bogotá-, se vieron obligados a regresar de urgencias al país por cuanto la Fiscalía General de la Nación los conminó a presentarse o serían traídos por la Interpol y lo harían como cualquier delincuente atrapado por las fauces de la autoridad legítima, la misma que decidió tomar el toro por los cuernos y ponerlos a buen recaudo y de esa manera evitar esa farsa y payada condición de estarle mandando emisarios a su refugio de Miami en donde ellos se destaparon y repartían mandobles y baculazos a diestra y siniestra y hoy, viéndolos agazapados como cualquier cucaracha, es cuando el pueblo muestra la tendencia a volver los ojos hacia una autoridad que está dispuesta a castigarlos con justicia, pero sin contemplaciones, en el entendido que con su comportamiento despedazaron la honradez de los seres humanos y lo más sensato es que asuman su responsabilidad y se hagan merecedores de su correspondiente castigo.

También y sin asimilar aún el impacto, nos estamos enterando de las comilonas y francachelas acaecidas en el famoso fuerte militar de Tolemaida, en donde los militares que tienen cuentas pendientes con la justicia se hallan purgando sus culpas y, según la prensa, lo vienen haciendo en medio de una laxitud que raya en la sinvergüenzura y la alcahuetería y es imperativo que se den las explicaciones que las bacanales realizadas exigen y, lo que es peor, que se tomen los correctivos del caso y se apliquen los castigos a los responsables, por cuanto esas noticias terminan enviando un mensaje negativo a un país que quiere combatir la corrupción.

Por último y lo que produce náuseas y vergüenzas en la ciudadanía, es que lo acontecido con el programa de Agro Ingreso Seguro pareciera no caminar y los dientes de la autoridad apenas se le están mostrando a algunos asesores y funcionarios segundones mientras el gestor y padre del mismo, el ex ministro Andrés Felipe Arias, continúa orondo y relajado, al tiempo que lo que se viene destapando en la Dirección Nacional de Estupefacientes demuestra que la época imperial que recién pasó en nuestro país, desde el emperador…cito hacia abajo, se hicieron ochas y panochas en medio del desorden más grande que pueda imaginarse, ya que en muchos predios e inmuebles se nombraban a los ratones para que cuidaran el queso.

Por todo lo anterior y con el propósito que el pueblo no pierda del todo la fe en sus instituciones, se hace necesario que las autoridades encargadas de estas investigaciones actúen con prontitud y rapidez para evitar que los responsables sigan burlándose del pueblo y convirtiendo a la sociedad colombiana en el hazmerreir del mundo y que éstos, -los responsables- queden a buen recaudo de la justicia. Sólo así pondremos asepsia en esta patria y desterraremos de la misma a tanto sinvergüenza que ha creído y convertido el erario en su caja menor.



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