Santa Marta y los Juegos Bolivarianos 2017

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Andrés Lafaurie Bornacelli

Andrés Lafaurie Bornacelli

Columna: Opinión

e-mail: andreslafaurieb@gmail.com


Hace poco más de una semana, Santa Marta fue sacudida con una noticia desgarradora: una persona había sido acribillada hasta la muerte ante la mirada impávida de muchos espectadores.
La noticia causó revuelo a nivel local, regional e incluso nacional y no es para menos, pues ese tipo de acciones son las que evidencian la maldad, sevicia y crueldad a la que un ser humano puede llegar.

Como era de esperarse, al pasar los días desde aquel infortunado suceso muchas personas se empezaron a preguntar ¿cómo está la ciudad? Las respuestas fueron aún más abrumadoras pues cada día se evidencia más la inseguridad que vive la capital del departamento, hurtos, homicidios, violencia intrafamiliar, porte ilegal de armas, y aún más grave es al considerar que faltan menos de cinco semanas para que inicien los Juegos Bolivarianos. Juegos que todos confiamos que nos dará el reconocimiento que la ciudad merece pero que no serán exitosos si la ciudadanía no se pone la camiseta de la tolerancia y el respeto y comienza a actuar en consecuencia.

Atrás quedaron los años en los que todos sabían quién era el señor que había hecho el dinero enviando mercancías de extraña procedencia al exterior, hoy Santa Marta es una ciudad distinta, una ciudad en desarrollo y una ciudad que es para todos y por ello debemos aportar a ello.

Los Juegos Bolivarianos han estado plagados de investigaciones, chismes, peleas e incluso y principalmente de pasiones. “Las pasiones en exceso nunca son buenas” me decía un viejo amigo y muy cierto ha resultado siendo. Aquí en nuestra ciudad nos apasionamos en exceso por todo; unos apasionados defendiendo a Caicedo/Martínez y otros más apasionados atacándolos; unos apasionados por la red de parques y otros criticándolos; unos defendiendo la doble calzada hasta el Rodadero y otros, pocos debo decir, tratando de buscar una razón para evitar su construcción; etc. De toda esa desgarradora escena nos queda una moraleja muy sana: no te apasiones en exceso. El apasionarse elimina todo tipo de objetividad pues sesga en gran medida la capacidad de raciocinio de un ser humano en tareas diarias tan básicas como comprar leche y otras no tan sencillas como elegir presidente, y bueno, ya sabemos bien lo costoso que nos ha resultado esa última por ocho años.

Aunque mis lectores conocen a cabalidad mis reservas con la actual administración distrital, debo decir lo siguiente: sin pasiones, sin excesos, sin violencia, con la mejor actitud y la mejor disponibilidad Santa Marta recibirá a miles de deportistas y le demostraremos al país que nuestra ciudad es la muestra de que la perseverancia triunfa y la esperanza nunca se agota.

PD: Esperemos que terminen los escenarios para los juegos.

¡Feliz Jueves!


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