De turistas incultos

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Alvaro González Uribe

Alvaro González Uribe

Columna: El Taller de Aureliano

Web: http://eltallerdeaureliano.blogspot.com



Comienza Semana Santa. Muchos se van de vacaciones a otras ciudades, a pueblos o al campo; eso está bien. Sin embargo, como turista que he sido y espero seguir siendo, pero en especial como residente en una ciudad turística por excelencia, quiero escribir sobre el comportamiento de varias personas que cuando salen de su tierra a vacaciones se transforman.

Está bien que dejen en su ciudad y en su casa la corbata o su vestido diario de trabajo, el estrés y las angustias, es la idea, pero otra cosa es que también dejen guardada en su casa la cultura ciudadana y las buenas maneras.

Cuando en Santa Marta observo el comportamiento de muchos turistas de Medellín (mi tierra), Bogotá, Bucaramanga y otras ciudades de Colombia, me da pena ajena. A veces me pregunto: ¿y no se supone pues que acá en la costa Caribe es donde somos más frescos y desabrochados? No hay tal. Ni el costeño más parrandero y descomplicado actúa como algunos colombianos del interior cuando vienen de vacaciones.

Solo menciono algunos ejemplos: se disfrazan de turistas -como los americanos de Piero- pero con unas fachas… ¿Quién dijo que cuando uno pasea se debe poner lo más feo y viejo que tenga guardado en el closet? Pero eso es lo de menos, siga con la forma cómo actúan en la calle, en las playas y en los sitios públicos y privados: gritan, se emborrachan en espacios públicos, bailan donde se les ocurra, las basuras las tiran al piso y se las tiran de muy listos burlándose a veces de los "provincianos" lugareños.

Las mujeres se alzan la bata, los hombres se bajan los pantalones, los niños se quitan el pañal, y hasta los adultos mayores quiebran el bastón, todos por parejo. Lo triste es que así no actúan en sus ciudades. ¿Será que la cultura ciudadana es sólo para usarla en la ciudad de origen? No, es inherente al ciudadano y éste la debe llevar consigo adonde vaya.

Un amigo Caribe contaba que en cierta ocasión iba tras un vehículo de turistas del cual arrojaron un pañal usado por la ventanilla. Más adelante el carro se detuvo y mi amigo les preguntó a sus ocupantes si eso lo hacían en su ciudad…, quedaron mudos. Yo mismo fui testigo de cómo cambiaban el pañal a un bebé encima de una mesa en un restaurante de comidas rápidas. Mejor dicho: turismo en pañales.

Y en los hoteles dañan los aparatos y muebles, tratan mal a los botones y meseros, como si el pago de hospedaje les diera derecho de dominio sobre los empleados y a tratarlos como esclavos. Al parecer el plan incluye coctel de bienvenida, camiseta, desayuno y rol de amo. Cuando en una ciudad como Santa Marta termina una temporada queda dinero para algunos, si, pero también queda una pésima imagen de muchos turistas y de contera de sus ciudades de origen.

Colegios, universidades, empresas y administraciones municipales, con ayuda de agencias de viajes y compañías aéreas y terrestres de transporte, deben implementar campañas educativas de cómo ser un buen ciudadano-turista, y no sólo enseñar cómo empacar, cuáles documentos llevar a mano y adónde acudir en caso de emergencias.

Señores alcaldes: los habitantes de sus ciudades cuando viajan son sus embajadores, y en su comportamiento se ve la ciudad que usted con tanto esfuerzo administra. Enséñeles cómo comportarse afuera para que su ciudad no quede tan mal y no se pierda la plática que invierte con el objeto de que vaya mucha gente a visitarla. Les aseguro: a veces veo ciertos turistas cuyas ciudades no me provoca conocer, y si no las conozco no vuelvo...