Escrito por:
Jacobo Solano Cerchiaro
Columna: Opinión
e-mail: jacobosolanoc@hotmail.com
Twitter: @JacoboSolanoC
Esta semana la captura del senador “Ñoño” Elías, desmoronó lo que se había convertido en una marca de corrupción que sonaba por todas partes, patentada con el nombre de “ñoñomanía”, promocionada en especial por los cantantes vallenatos, quienes debían ser procesados por el delito de lambonería, ellos ayudaron a hacer popular a este personaje, quien se movía por la costa como como todo un rey, buscando votos, algo muy parecido a lo que ocurrió con Emilio Tapia; así, llegó a ser el segundo senador más votado en Colombia, por lo cual se ganó, nada menos y nada más que Fonade con presupuesto de 8 billones de pesos, su actividad legislativa fue casi nula, no presentó un solo proyecto de envergadura, porque como él mismo decía:
Todo esto de la ñoñomanía es una lección para los votantes, no se dejen engañar por lo que se vuelve moda en política y una señal de alerta para los políticos, quienes se creen poderosos, piensan que nunca les va llegar el brazo de la justicia y siguen ejerciendo actividades ilícitas, dejando de lado la verdadera razón de la política que es servir y actuar con transparencia. @JACOBOSOLANOC