El periodismo que debe existir

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Jairo Franco Salas

Jairo Franco Salas

Columna: Opinión

e-mail: jairofrancos@hotmail.com



Se afirma y con mucho fundamento que quien maneja la información tiene el poder a su alcance. Este contexto lo traigo a colación a raíz del periodismo desviado que se está practicando en el país; donde la parcialidad reina por doquier. Es frecuente hoy encontrar corresponsales de diferentes rotativos, emisoras y televisión local que ostentan el cargo de jefe de prensa de entes públicos y además de corporaciones públicas. Preguntamos ¿Qué es esto? ¿Cuándo los corresponsales aludidos podrán ejercer con libertad, con trasparencia, objetividad e imparcialidad al tratamiento de la noticia que se genera día a día? La respuesta es nunca; pues la producción noticiosa de estos gira entorno a incentivos que generan complicidad en la información, coartándose y limitándose la capacidad crítica que podría emanar de un hecho noticioso. Colocamos como referente el corresponsal de Tierra Perdida, allí el Alcalde cometió prevaricato y otras conductas penales; sin embargo en el medio que este comunicador interactúa, no registra tal hecho. ¿Sera esto periodismo o complicidad?


Igual hecho sucede con las emisoras comunitarias, que de comunitarias no tienen absolutamente nada, trasgreden la Ley; en estas deben tener espacios o cabida los integrantes de los estamentos políticos, sociales, comerciales de manera equitativa; pero no, resulta que en los entes territoriales en ciertos lugares les propician la parte locativa y recursos para que estos mantengan su imagen, echándoles incienso y agrandándoles obras pírricas; muy difícilmente de estas emisoras puede escucharse una información objetiva e imparcial; la verdad la desvían, además con desvergüenza afirmando que son protagonistas de la verdad, no siendo así.

La vitrina comercial de carácter publicitario direcciona y condiciona el sentido de la información; así se diga que no. bajo este contexto destacamos ciudades donde los mandatarios locales y departamentales mantienen pautas institucionales, con las cuales se abrogan el derecho de exigir la no divulgación de información que atente contra ellos; o que se resalte más estas obras que aquellas. ¿Esto qué es? Esta es la verdad formal que circula en los medios en su diario trascurrir, sesgando la transparencia y la objetividad, traslapando la verdad verdadera, que no saldrá nunca o conocerá la opinión.

A menudo se observa que noticieros se originan donde el mandatario va con su tropa a inaugurar una obra, que casi siempre entregan inconclusa; aquí sucumben los comunicadores a merced de los mandatarios cuando informan: espectacular, es una descomunal obra y la comunidad manifestando al unísono ¿Qué es este elefante blanco o mamut que nos han dejado? No colma las necesidades requeridas por los habitantes. Con regularidad se aprecian en entes territoriales la implementación de ruedas de prensa de gobernantes, para que abanderen la información a su acomodo. Surge el interrogante ¿Qué hacer para que haya una adecuada información? El ejercicio de un periodismo optimo está supeditado a la formación profesional, ético – moral de quien lo ejerce, especialmente a sus principios y rectitud; lograrlo no es imposible. El manejo de la información debe ser objetiva, recta, transparente; la opinión insatisfecha indagará más, tarde o temprano sabrá lo que el periodismo no le informó y muchas veces será por los órganos de control; intentarlo no cuesta nada. Empecemos ya.