Superbacterias, enemigos implacables

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Hernando Pacific Gnecco

Hernando Pacific Gnecco

Columna: Coloquios y Apostillas

e-mail: hernando_pacific@hotmail.com



La ciencia médica ha tenido desarrollos formidables en los dos últimos siglos. La anestesia posibilitó la realización eficaz, segura e indolora de numerosos procedimientos quirúrgicos impensables antes 1846. Gracias a Nicolae Paulescu la insulina ha mejorado y salvado la vida de incontables diabéticos desde hace casi un siglo. Los rayos X abrieron camino a una serie de métodos diagnósticos a partir de las investigaciones realizadas por Crookes, Tesla y Röntgen. Las observaciones de Mendel condujeron al descubrimiento del ADN por parte de Avery, McLeod y Mc Carty en 1944, abriendo paso a la genética moderna. Lister, Pasteur y posteriormente Fleming, Chain y Florey nos introdujeron al fascinante mundo de los microorganismos, las enfermedades que producen y el tratamiento actual con los antibióticos.


Hipócrates y Galeno fueron los primeros referentes occidentales, como Avicena lo fue para el mundo árabe, Maimónides para los judíos o Hua Tuo en la cirugía china primigenia. Leonardo da Vinci aportó portentosos estudios de anatomía y embriología; Laeneck, Freud, Paracelso y otros fantásticos científicos dejaron rastros indelebles en el desarrollo de la ciencia médica. Si la actualidad es admirable, el futuro nos avizora asombrosos avances que pronto estarán en el uso diario. En el largo recorrido desde su descubrimiento o invención, muchos avances médicos han sorteado obstáculos difíciles y aún deben afrontar nuevos retos; cada desarrollo trae consigo su propia erudición y sus respectivas complejidades. Las ciencias médicas se reinventan a diario. Sin embargo, los antibióticos aun no derrotan categóricamente a las bacterias.

Desde hace unos años, la OMS viene advirtiendo al mundo acerca del peligro que representa el uso inapropiado de los antibióticos, causa principal de las rápidas y crecientes resistencias bacterianas que han generado la aparición de las denominadas superbacterias; también, del necesario control de este grave problema de salud pública. En estos días apareció un informe relacionado con cepas de gonococo resistentes casi a cualquier terapia; en el mundo se registran 3 casos de infección declarados intratables. El problema es muchísimo más grave por las dificultades de diagnóstico y tratamiento en países pobres, además de la inespecificidad de los síntomas en el 75% de las mujeres. No se limita el asunto a esa enfermedad: las “superbacterias” fueron descritas inicialmente por científicos de Universidad de Warwick, y se trata de diversos gérmenes inmunes a cualquier antibiótico. El riesgo de epidemias de incalculables dimensiones está latente, todo un Armagedón, pues son varias las cepas bacterianas con este comportamiento. ¿Qué hacer?

Entre la “inteligencia” de los microorganismos y tratamientos mal prescritos, los factores son numerosos, y van desde el mal uso (por ejemplo, antibióticos automedicados para “tratar” un episodio viral leve como una simple gripa) o diagnósticos dudosos hasta la inadecuada prescripción de medicamentos para tratar infecciones bacterianas, pasando por problemas de fabricación, prescripción, adhesión a los tratamientos indicados, indebida manipulación y un sinnúmero de situaciones que afectan el resultado esperado.

Se requiere desarrollar antibióticos capaces de inactivar esa bomba de tiempo, además de un amplísimo despliegue de políticas serias de salud pública que controlen la venta y el uso libre e indiscriminado de antibióticos, para dejarlo exclusivamente bajo control profesional calificado. Por ahora, modificaciones realizadas a un viejo producto, la vancomicina, y la simplificación de su proceso de fabricación prometen atajar el peligro de las superbacterias; otros antibióticos están siendo investigados buscando quebrar esa amenazante situación. Esto tomará algún tiempo.

En Colombia, el Ministerio de Salud debe ordenar inmediatamente un implacable control a la libre compraventa de antibióticos, incluyendo un estricto seguimiento en todas las fases de la cadena de buenas prácticas en medicamentos, además de las necesarias campañas educativas a la población y mejor conocimiento de las enfermedades y su tratamiento por parte de los profesionales de la salud. Para mañana puede ser tarde.

Apostilla. Qué polémica tan absurda han armado algunas voces por el homenaje que se le hará a Carlos Vives en él próximo festival vallenato. Claro que se merece ese reconocimiento, y mucho más: si hoy el planeta escucha y baila vallenato, si hay un Grammy vallenato, es gracias a Carlos. Otros grandes artistas también tienen todos los méritos posibles, lo que no obsta el homenaje al cantautor samario. Adelante con la meritoria celebración, y que también se hagan los homenajes a quienes los merecen.