¿Ahora si podemos llamar dictador a Nicolás Maduro?

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Andrés Lafaurie Bornacelli

Andrés Lafaurie Bornacelli

Columna: Opinión

e-mail: andreslafaurieb@gmail.com


Ya no hay más excusas, Nicolás Maduro es un dictador. Un dictador que a través de políticas mal diseñadas y de un aparato corrupto e ineficiente está matando de hambre a un pueblo que lo único que pide es salud, comida y seguridad.


Han pasado años desde que el ex presidente Chávez falleció, pero ¿sigue su legado? No. En Venezuela no solo se está pretendiendo acabar con la constitución que el mismo chavismo impuso años atrás, y lo más aterrador de esto es el miedo fundado de que se pretenda imponer un sistema comunista en donde se restrinjan, aún más, las libertades y los derechos de los venezolanos.

La separación de poderes es un chiste; el Tribunal Supremo de Justicia fue constituido y nombrado por diputados chavistas, de una lista de chavistas y en la que fueron electos inclusive diputados en ejercicio que ya habían perdido su curul para la próxima legislatura, en modo de premio de consolación; la autoridad de la  Asamblea Nacional, en cabeza de la Mesa de la Unidad –MUD- ha sido minada por diferentes sentencias del TSJ en donde se declaran nulas todas sus actuaciones por considerarse en desacato al no cumplir con los caprichos del TSJ y del Gobierno chavista; la Contraloría, el CNE y la Defensoría se han convertido en unas figurillas de madera que a su vez no son más que unas piezas más en el tablero que Diosdado Cabello y Nicolás Maduro mueven a su antojo; y finalmente una Fiscalía General que, a pesar de ser chavista, expresó su oposición al llamado a una Asamblea Nacional Constituyente y eso le costó el desprecio y persecución del PSUV y del Gobierno que la han catalogado como delegada del imperio y a la que recientemente le fueron congelados sus bienes y le fue prohibida la salida del país, sí, por parte del mismo TSJ que eligió la Asamblea Nacional anterior en cabeza del PSUV ¿absurdo no?.

Aun así, por meses hemos sido testigos del silencio cómplice de muchos gobiernos vecinos que, incluso al ver las imágenes de manifestantes con escudos de cartón siendo asesinados a tiros por parte de fuerzas del Estado, han preferido conservar unos cuantos miles de dólares a costa de un pueblo desesperado y hambriento.

Nicolás Maduro es un dictador moderno, apoyado por una parte de las Fuerzas Armadas y financiado por una PDVSA en crisis por la menguada producción y por el muy bajo precio internacional del crudo. En esta situación y considerando que ya son más de 90 días de protestas y trancazos, podríamos decir que el cerco está cerrándose y que los días del PSUV en Miraflores están contados. Ya es hora de que el pueblo venezolano, el bravo pueblo, recupere su libertad. ¡Abajo cadenas!.  ¡Feliz Martes!