Grito de Independencia: “Abajo el mal gobierno”

Columnas de Opinión
Tamaño Letra
  • Smaller Small Medium Big Bigger

Escrito por:

El Pájaro de Perogrullo

El Pájaro de Perogrullo

Columna: Opinión

e-mail: jplievano@outlook.com



Nuestra tradición republicana nació, sin lugar a dudas, con el grito de independencia del 20 de julio de 1810. Aquellos tiempos eran inciertos.
España había sido invadida por Napoleón, y como respuesta a ello, los mismos españoles tomaron la iniciativa de crear una Junta Suprema Central, que pasó a llamarse Consejo de Regencia de España e Indias, conforme a que el soberano Fernando VII no podía gobernar al estar preso por parte de Napoleón. Esta Junta o Consejo, era depositario de la Soberanía Real y acumuló, en su momento, el poder real legislativo y ejecutivo.

Lo criollos granadinos, inconformes, decidieron dar su golpe final, con la famosa arenga: “viva el rey, abajo el mal gobierno”. Así empezó nuestra patria y pasó todo lo que ya conocemos. Es entonces, de nuestra esencia republicana, poder manifestarnos ante el mal gobierno.

No es politizar la paz o politizar los acuerdos de La Habana, por cuanto la paz y los acuerdos por sí solos son una manifestación completamente política. Es decir, todo lo referente a ellos es político, y el pueblo, como depositario de su propia soberanía, tiene el derecho a manifestarse en contra, o a favor, pues los acuerdos y la implementación de los mismos definirán la estructura de estado y sociedades que tendremos en el futuro. Por ello, la marcha del 1 de abril, y otras que se han presentado, son manifestaciones legítimas de un pueblo que, dentro de la institucionalidad, quiere cambios al sentirse mal gobernados, dirigidos hacia un abismo concertado con un grupo narcoterrorista. No se trata de dar un golpe de estado, ni más faltaba. Se trata de movilizar al pueblo para que se presenten cambios en el 2018, en los acuerdos y su implementación.

Como diría el Doctor Jaime Castro, la política debe volver entonces a la plaza pública, su escenario natural. De hecho, el grito del 1 de abril debe ser entendido como un grito de “viva Colombia y el pueblo soberano”, pueblo que sintió que su voto popular en el plebiscito fue totalmente ignorado. El golpe de estado, por lo tanto, lo está dando un mal gobierno que pretende desconocer y burlar la soberanía popular. El Gobierno Santos, y sus áulicos periodistas y líderes de opinión, se equivocan.

Existe un descontento popular grande por la manera como se está conduciendo políticamente el país, tan evidente que existe también incertidumbre entre los ciudadanos y los empresarios. La economía está en estado crítico. Las cortes funcionan a medias. Los fallos de las cortes, en varias ocasiones, terminan en la esfera política y no en la jurídica. El mar de impuestos ahoga sin remedio a los contribuyentes. El legislativo se volvió notaría, con el famoso “fast track”.

La Constitución ya no es la norma de normas, conforme a que las autoridades estarán atadas al cumplimiento de los acuerdos de La Habana. No existe más remedio que la movilización pacífica ciudadana en procura de un mejor futuro para nuestro país y, así, evitar el abismo al que nos dirigimos y los vientos huracanados que ha sembrado el Gobierno Santos en los últimos siete años.

Primer Tercio Extra: Muy importante lo que pasó en la OEA al activarse la Carta Democrática. Gran defensa de la posición colombiana por parte del Embajador Andrés González, posición que ha debido tener el país desde hace ya hace unos años, aun cuando le costó al Gobierno unas palabras de Maduro, lo que ya sabíamos, y es que en Colombia también existe una ruptura del régimen constitucional, al haberse desatendido la voluntad popular expresada en el plebiscito. Y ojalá no nos vacunen a todos contra el “tuétano”.