La economía tocó fondo

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Escrito por:

Amilkar Acosta Medina

Amilkar Acosta Medina

Columna: Opinión

e-mail: amylkaracostamedina@gmail.com



Contra todos los pronósticos el crecimiento del PIB del 2016 reportado por el Dane redondeó el 2%, sólo el Gobierno terminó acertando al plantarse en esta meta después de verse obligado a revisar su meta Aa la baja más de una vez, desde su apuesta inicial del 3%. En promedio las proyecciones que aventuraron los analistas para el crecimiento del año pasado fue de 1.87%.


Al final el resultado es agridulce, pues al tiempo que se consolida la desaceleración de la economía, esta vez 11 puntos básicos con respecto al año anterior, que data desde el 2013 cuando el crecimiento del PIB marcó el 4.9%, pasando por el 4.4% del 2014 y el 3.1% del 2015, ahora se vislumbra su reactivación.

En efecto, después de un anémico crecimiento en los tres primeros trimestres, en su orden 2.5%, 2.0%, 1.2%, de pronto crece 1.6% en el cuarto, mostrando un repunte en el último de ellos, lo cual da para pensar, así sea con el deseo, que la desaceleración del crecimiento de la economía tocó fondo finalizando el año anterior y se espera el efecto rebote en 2017.

Eso sí ninguno de los trimestres del año anterior superó la barrera psicológica del 3%; no obstante, se pudo llegar al 2% para el año completo sobre la base de la revisión de las cifras del primero y segundo trimestres en 10 y 40 puntos básicos, respectivamente. El 2% es el segundo más bajo crecimiento de los últimos 7 años, desde 2009, cuando se registró un crecimiento del 1.7%. Nos sirve de consuelo saber que, según el Director del DANE Mauricio Perfetti, “se completaron 17 trimestres consecutivos de crecimiento positivo”, amén de que en la región este ritmo de crecimiento sólo fue superado por Perú y México. Es de anotar que Latinoamérica completó 5 años en el 2016 de ralentización de su economía, rematando los últimos dos años con la contracción del PIB. En concepto del experto Roberto Steiner, “el crecimiento del PIB fue mejor de lo que se esperaba, las perspectivas eran menores y para el contexto regional e internacional es aceptable”.

Para el director de Fedesarrollo, Leonardo Villar, el 2% “es un resultado para el conjunto del año mediocre, pero se puede ver de una manera positiva si se tiene en cuenta que la economía colombiana enfrentó un shock de los más fuertes de los últimos 100 años”. La caída de los precios del petróleo y la crisis de los vecinos, sostiene Villar, es tan grande como “la que tuvimos en el período de la Gran Depresión de los años 30”. A ello se vino a añadir el paro camionero que paralizó el país por más de 45 días y los estragos del fenómeno del Niño, que esta vez fue el más intenso y prolongado de cuantos se han registrado en los últimos 50 años. Pero, indudablemente, también contribuyeron a este mediocre resultado la tenaza que aprisionó la economía, por un lado el apretón fiscal del Gobierno en respuesta a la caída de sus ingresos y las sucesivas alzas de la tasa de intervención por parte de la Junta Directiva del Banco de la República para evitar su recalentamiento.

Según el Director del Dane, Mauricio Perfetti, “el sector de servicios financieros fue el que más creció en todo el año con 5%, luego siguen construcción con 4.1% e industria manufacturera con 3%. Estos sectores son los que jalonan la economía para que haya crecido 2% el año anterior”. Los servicios financieros fueron los jalonadores del crecimiento del PIB en 2016, contribuyendo con un 51.2% al mismo. Entre tanto la industria apenas crece un 3 %, que, de acuerdo con Perfetti, “no es nada satisfactorio, porque eso se debe a la refinería de Cartagena. No son señales positivas de que la industria esté en una dinámica activa”.

Por su parte el agro sólo creció a duras penas 0.5% y el sector de minas y canteras sigue sin levantar cabeza lastrando el crecimiento de la economía con su pésimo desempeño, el peor de todos. Este último sector completó seis trimestres en rojo, esta vez con una caída del 6.5%, atribuible en gran medida al declive de la producción de petróleo, que pudo haberle restado por lo menos medio punto porcentual al crecimiento del PIB. El desplome no fue mayor gracias al crecimiento de 5.8% de la producción de carbón, de 6.0% de oro y de 3.3% de ferroníquel.


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